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Texas Ejecuta a un Condenado a Pena de Muerte a Pesar de Informes Psiquiátricos Desfavorables

27/06/24 – 10:00 A.M

El Estado de Texas ejecutó el miércoles por la noche a Ramiro Gonzales, un hombre que confesó el secuestro, la agresión sexual y el asesinato de Bridget Townsend, una joven de 18 años, en enero de 2001. A pesar de los múltiples intentos de sus abogados por detener la ejecución, incluyendo apelaciones de última hora basadas en informes psiquiátricos desfavorables, la Corte Suprema de Estados Unidos decidió no intervenir, permitiendo que se llevara a cabo la inyección letal.

El Crimen y la Condena
En 2006, durante el juicio de Gonzales, el psiquiatra Edward Gripon testificó que el acusado probablemente volvería a cometer agresiones sexuales y lo consideró un mal candidato para la rehabilitación. Sin embargo, 15 años después, Gripon revisó su evaluación y afirmó que Gonzales no representaría una amenaza futura si su sentencia se cambiaba a cadena perpetua sin libertad condicional. A pesar de este cambio de opinión, la Corte Suprema desestimó frenar la ejecución.
Bridget Townsend fue secuestrada por Gonzales en una casa al noroeste de San Antonio. Gonzales la llevó al rancho de su familia en un condado cercano, donde la agredió sexualmente y la mató a tiros. Luego escondió sus restos, que fueron descubiertos dos años después cuando Gonzales confesó el crimen mientras enfrentaba otras condenas por secuestro y violación de otra mujer.

Intentos de la Defensa
A lo largo de los años, los abogados de Gonzales presentaron numerosos argumentos para evitar la ejecución. Destacaron su buen comportamiento en prisión, su dedicación al ministerio cristiano y sus intentos fallidos de donar un riñón a un extraño. Argumentaron que el Tribunal de Apelaciones Penales de Texas había violado sus derechos constitucionales al no revisar las afirmaciones erróneas del forense de la fiscalía.
Apelaron ante la Corte Suprema de Estados Unidos, señalando que Gonzales tenía 18 años cuando cometió el crimen y que había tenido una infancia traumática, con abuso sexual y exposición al alcohol en el útero. Presentaron estudios que sugieren aumentar la edad de elegibilidad para la pena de muerte de 18 a 21 años, basándose en el desarrollo del cerebro.

Reacciones y Consecuencias
Patricia Townsend, madre de la víctima, expresó su satisfacción por la decisión, considerando la ejecución como una forma de justicia para su hija. David Townsend, hermano de la víctima, criticó los intentos de retratar a Gonzales como algo más que un asesino convicto, insistiendo en la necesidad de la pena capital.
En sus últimas palabras, Gonzales expresó remordimiento: “Lo siento, no puedo articular. No puedo poner en palabras el dolor que he causado a todos ustedes”.

Contexto de la Pena de Muerte en Estados Unidos
Esta ejecución es la segunda en Texas en 2024, siguiendo la de Iván Abner Cantú en febrero. Oklahoma también prevé otra ejecución, lo que elevaría a nueve el número de ejecuciones en el país este año, según el Centro de Información sobre la Pena de Muerte.

La lucha por revertir la condena de Gonzales destacó las complejidades y controversias en torno a la pena de muerte en Estados Unidos. A pesar de los informes psiquiátricos y los argumentos de la defensa, el sistema judicial texano y la Corte Suprema mantuvieron la sentencia. La ejecución de Gonzales subraya las continuas tensiones entre justicia, rehabilitación y derechos humanos en el contexto del castigo capital.

Fuente: EL PAÍS
Foto: Unsplash-Pixabay

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