04/10/24 – 23.00 P.M
Casi 50,000 miembros de la Asociación Internacional de Estibadores (ILA) comenzaron una huelga este martes en los puertos de la costa este y del golfo de EE.UU., afectando gravemente el flujo de importaciones y exportaciones. Esta paralización laboral amenaza con ser la más disruptiva en décadas, con el potencial de detener completamente el comercio en áreas clave.
La huelga, que comenzó a medianoche, está interrumpiendo la entrada de bienes esenciales como alimentos, vehículos y productos de consumo. Desde plátanos y cerveza europea hasta muebles y piezas para fábricas, el impacto es amplio. Las exportaciones estadounidenses también se ven afectadas, lo que podría perjudicar a las empresas locales.
El conflicto entre los estibadores y la Alianza Marítima de Estados Unidos (USMX) sigue sin resolverse. Los trabajadores exigen aumentos salariales y protección contra la automatización, mientras que la USMX, que representa a líneas navieras y operadores portuarios, ha sido acusada de no negociar en buenos términos. Ambas partes están lejos de un acuerdo.
Harold Daggett, presidente de la ILA, acusó a la USMX de enriquecerse gracias al trabajo de los estibadores sin compensarlos justamente. Los trabajadores están decididos a continuar la huelga hasta que se cumplan sus demandas, que incluyen mayores salarios y garantías contra la automatización en los puertos.
Si la huelga se extiende, podría haber escasez de productos esenciales y un aumento de precios. Aunque algunos minoristas adelantaron sus importaciones para la temporada navideña, los bienes perecederos, como frutas y verduras, serían los más afectados a corto plazo.
Puertos clave como el de Nueva York y Nueva Jersey, el tercero más grande de EE.UU., se encuentran entre los más afectados. También está el Puerto de Wilmington en Delaware, por donde ingresan plátanos y otros alimentos esenciales. La interrupción en estos puertos podría generar graves problemas en la cadena de suministro.
Aunque los productos navideños probablemente no se verán gravemente afectados debido a que ya han sido almacenados, los alimentos frescos y otros bienes perecederos podrían escasear pronto. Las compras en supermercados podrían encarecerse, especialmente para productos como frutas, vino, y licores.
El Departamento de Transporte de EE.UU. ha estado trabajando durante meses para mitigar los efectos de la huelga, en coordinación con navieras, puertos y otros actores de la cadena de suministro. A pesar de estos esfuerzos, se prevé que los cuellos de botella sean inevitables si el conflicto continúa.
Esta es la primera huelga de estibadores en estos puertos desde 1977. Mientras la ILA estima que cubre a unos 50,000 trabajadores, la USMX sitúa el número real de empleos portuarios en unos 25,000, lo que refleja un desacuerdo sobre el alcance de la fuerza laboral afectada.
El sindicato ha rechazado la última oferta de la USMX, que incluía aumentos salariales del 50% en un contrato de seis años. Los estibadores exigen un incremento mayor y se oponen al uso de la automatización, que podría reducir el número de empleos. Estas diferencias han dificultado alcanzar un acuerdo.
Daggett reiteró que las demandas del sindicato son justas, dada la alta rentabilidad que las navieras han obtenido en los últimos años. Vestido con una sudadera que decía «Los muelles son nuestros», Daggett reafirmó su apoyo a los trabajadores, asegurando que esta huelga será histórica.
Durante la pandemia, las líneas navieras obtuvieron ganancias récord, superando los $400 mil millones entre 2020 y 2023. Esta cifra representa más de lo que la industria había ganado desde la creación del sistema de contenedores en 1957. Esta acumulación de riquezas ha sido uno de los puntos de mayor crítica por parte del sindicato.
Más de 200 grupos empresariales han pedido al gobierno de Biden que intervenga en el conflicto. Sin embargo, el presidente ha rechazado usar la Ley Taft-Hartley, que permitiría forzar a los trabajadores a volver al trabajo. Biden ha declarado que cree en la negociación colectiva como la mejor vía para resolver la huelga.
La Casa Blanca ha señalado que sigue de cerca las negociaciones y está buscando formas de mitigar los posibles impactos de la huelga. No obstante, algunos expertos creen que incluso si se ordena a los trabajadores regresar, el flujo de mercancías podría ralentizarse significativamente.
Los líderes sindicales han advertido que si se les fuerza a regresar, podrían cumplir solo con las reglas mínimas del contrato, lo que ralentizaría drásticamente el movimiento de carga. Esto podría agravar aún más la situación, generando pérdidas económicas para las empresas navieras.
Empresas de todo el país están observando con nerviosismo el desarrollo de la huelga, conscientes de que un regreso forzado de los trabajadores podría no resolver el problema. Ejecutivos de líneas navieras han admitido que la situación podría empeorar si los trabajadores deciden ralentizar el flujo de carga intencionadamente.
Fuente: CNN
Foto: Tribuna Abierta