El papa Francisco condena el consumo y tráfico de drogas: “El cuerpo no es para la impureza”
Durante la Jornada Mundial de la ONU contra el abuso y tráfico de estupefacientes, el papa Francisco reafirmó la postura de la Iglesia Católica con una de sus declaraciones más contundentes de 2024. El Sumo Pontífice abordó la «grave situación de millones de personas afectadas por la drogadicción» en su tradicional audiencia general.
En su mensaje, el ex cardenal Jorge Bergoglio se basó en un pasaje bíblico que subraya que «no todo es lícito» y que el cuerpo no debe ser profanado. Estas palabras formaron el núcleo de su homilía en el marco de la jornada mundial contra el tráfico de drogas.
El papa también hizo hincapié en que el enfoque debe centrarse en quienes enfrentan el problema del consumo, recordando una reflexión que compartió ocho años atrás: «Cada persona que sufre adicción tiene una historia única que merece ser escuchada, comprendida y, en la medida de lo posible, sanada». Además, citó a su predecesor, Benedicto XVI, quien urgió a los narcotraficantes a considerar el daño que infligen, señalando que Dios les pedirá cuentas por sus acciones, calificándolos de «asesinos».
Para combatir este problema, Francisco afirmó que los narcotraficantes son movidos por el afán de poder y dinero a costa de vidas humanas, y destacó que la prevención es la estrategia más efectiva. Durante sus viajes, el papa ha visitado comunidades de recuperación basadas en el Evangelio, las cuales son un símbolo de esperanza y compromiso por parte de sacerdotes y laicos.
El papa fue categórico al rechazar la idea de que la liberalización del consumo de drogas sea una solución viable, calificándola como una fantasía que solo aumentaría el problema. Asimismo, resaltó el trabajo de la Iglesia en distintas partes del mundo para promover leyes justas y políticas de prevención orientadas a erradicar esta crisis.
Para concluir, el papa Francisco hizo un llamado a todos para que actúen con compasión ante la tragedia de la drogadicción. Instó a escuchar a quienes sufren en soledad y angustia, y a ayudarlos a liberarse de la esclavitud de las drogas, devolviéndoles la esperanza y la vida.
Fuente: El Cronista