El reciente intento de ataque perpetrado por Irán contra Israel utilizando drones y misiles ha generado preocupación entre los expertos sobre su posible impacto en los planes de invasión de China a Taiwán. Según un informe, China estaría analizando detenidamente el fallido ataque iraní para evaluar cómo superar las tecnologías y alianzas que frustraron la ofensiva, lo que podría alterar los escenarios futuros en el Estrecho de Taiwán.

El presidente del Consejo Empresarial Estados Unidos-Taiwán, Rupert Hammond-Chambers, señaló que China podría estar observando de cerca el incidente para comprender las estrategias utilizadas por Israel y sus aliados para contrarrestar el ataque iraní. La alta tasa de efectividad en la defensa ante los drones y misiles empleados por Irán podría influir en la planificación militar china con respecto a Taiwán.

Aunque tanto Taiwán como Israel esperan contar con el apoyo de Estados Unidos en caso de una agresión externa, existen preocupaciones sobre la efectividad de las alianzas pro-Taiwán en comparación con la respuesta conjunta ante el ataque a Israel. Hammond-Chambers destacó la importancia de una plataforma operativa común para garantizar una interoperabilidad efectiva entre los aliados, algo que aún no se ha logrado completamente en el norte de Asia.

Estos eventos se desarrollan en un contexto de crecientes tensiones entre China y Taiwán, exacerbadas por el reciente rechazo de China hacia el partido independentista de Taiwán y la continuación de los ejercicios militares chinos en las proximidades de la isla. La comunidad internacional observa con atención estos desarrollos, mientras el ex comandante de la Oficina de Inteligencia Naval, Mike Studeman, advierte sobre una posible escalada hacia el conflicto armado.

El aumento de la modernización militar por parte del Ejército Popular de Liberación chino y la escalada de tensiones en la región del Estrecho de Taiwán plantean preocupaciones sobre la estabilidad en el área y la posibilidad de un conflicto a gran escala. Los eventos recientes, incluido el fallido ataque iraní y los ejercicios militares chinos, subrayan la necesidad de una diplomacia efectiva y una gestión de crisis para evitar una escalada en la región.