Un reciente análisis de fósiles de Australopithecus ha desafiado las creencias arraigadas sobre la dieta de nuestros ancestros, revelando que su alimentación era predominantemente vegetariana. Este hallazgo se realizó en el sitio icónico de Sterkfontein, Sudáfrica, y ha sido publicado por Christian Pérez en Muy Interesante.
Un cambio de paradigma en la evolución humana
Durante mucho tiempo, se ha sostenido la idea de que los humanos primitivos eran cazadores de activos que dependían de una dieta rica en carne. Sin embargo, este nuevo estudio cuestiona esa narrativa, sugiriendo que el Australopithecus , un homínido que vivió hace más de tres millones de años, se alimentaba principalmente de plantas.
La Técnica del Análisis de Isótopos
El avance en la comprensión de la dieta del Australopithecus se debió a un innovador análisis de isótopos en el esmalte dental de los fósiles encontrados en Sterkfontein. Esta técnica permite identificar los restos químicos de los alimentos consumidos, revelando que la posición de estos homínidos en la cadena alimentaria era más similar a la de los herbívoros actuales que a la de los carnívoros.
Los investigadores encontraron niveles bajos de isótopos de nitrógeno en los dientes, lo que indica que la carne no era un componente significativo de su dieta. Aunque es posible que ocasionalmente consuman proteínas animales de insectos o huevos, el consumo regular de carne parece haber sido muy limitado.
Adaptabilidad y Estrategias de Supervivencia
La dieta basada en plantas del Australopithecus refleja su capacidad de adaptación a diversos entornos, como sabanas y bosques, donde pudieron recolectar una variedad de alimentos, incluyendo frutos, hojas, tubérculos y semillas. Esta diversidad alimentaria les permitió prosperar durante períodos de cambios climáticos, mientras que otras especies menos flexibles desaparecieron.
Implicaciones para la evolución de características humanas
Este descubrimiento también sugiere que cambios evolutivos cruciales, como el bipedalismo y el uso de herramientas, pudieron haberse desarrollado en un contexto donde la carne no era la fuente principal de energía. De hecho, la investigación propone que el consumo regular de carne en la evolución humana podría haber comenzado mucho más tarde, con especies como Homo habilis o Homo erectus .
Nuevas Preguntas sobre la Evolución
El estudio del Australopithecus plantea nuevas preguntas sobre el momento en que la carne se convirtió en un alimento habitual para nuestros ancestros. Aunque se han encontrado herramientas de piedra y huesos con marcas de corte, estos hallazgos probablemente corresponden a etapas posteriores de la evolución humana.
Avances en la Arqueología de la Alimentación
La técnica de análisis de isótopos aplicada a dientes fosilizados abre nuevas oportunidades para investigar las dietas de especies extintas. Este enfoque no solo informa sobre la alimentación de los homínidos, sino que también ayuda a contextualizar su comportamiento y su capacidad de adaptación a un mundo cambiante.
El descubrimiento en Sterkfontein es un recordatorio de que la evolución humana no fue un proceso lineal, sino una serie de adaptaciones complejas que permitieron a distintas especies prosperar en condiciones desafiantes. Este hallazgo no solo reescribe la historia de nuestros ancestros, sino que también invita a replantear cómo entendemos la evolución de nuestra especie.
Fuente: muyinteresante
Foto: Tribuna Abierta