El hallazgo: un evento inédito en el ecosistema de Florida

Investigadores de la Conservancy of Southwest Florida documentaron por primera vez un ataque exitoso de un lince rojo (bobcat) contra una pitón birmana adulta de más de 4 metros y 23 kilos. El felino, que pesaba apenas 11 kilos, logró matar y parcialmente devorar a la serpiente en una zona cercana a Nápoles, Florida.

El reptil, conocido como “Loki”, estaba siendo rastreado con un collar de radio desde hacía seis años como parte de una estrategia para localizar nidos y controlar la población invasora. Sin embargo, al seguir su señal, los científicos encontraron su cadáver decapitado, parcialmente enterrado y con marcas de mordeduras en la cabeza y el cuello, lo que sugería un ataque de un depredador terrestre.

Cámaras trampa instaladas en la zona confirmaron que el responsable había sido un lince rojo, marcando un hito biológico y una señal de adaptación del ecosistema.


Pitones birmanas: una amenaza que desequilibra la biodiversidad

Las pitones birmanas (Python bivittatus), originarias del sudeste asiático, se establecieron en los humedales de Florida tras décadas de liberaciones accidentales o intencionales por parte de dueños de mascotas exóticas. Desde entonces, su población creció sin control.

Estudios de la USGS y la Universidad de Florida han documentado la desaparición de hasta el 99 % de ciertos mamíferos pequeños en áreas donde abundan estas serpientes. Como superdepredadores, las pitones pueden devorar caimanes, ciervos y felinos, alterando profundamente la red trófica del ecosistema.

Este fenómeno ha convertido a la pitón birmana en uno de los casos más críticos de invasión biológica en Estados Unidos.


Un signo de resiliencia ecológica

Si bien ya se habían observado linces rojos alimentándose de huevos de pitón, nunca antes se había documentado la caza de un ejemplar adulto. Este comportamiento sugiere un proceso de adaptación progresivo entre los depredadores nativos, que comienzan a reconocer y atacar a la serpiente invasora.

“El hecho de que un depredador nativo haya matado a un superdepredador invasor es biológicamente significativo”, declaró Ian Bartoszek, biólogo que siguió a Loki durante seis años.

También se han registrado casos aislados de panteras de Florida y osos negros que atacaron pitones, lo que podría estar señalando el inicio de un reajuste ecológico tras décadas de desequilibrio.


Estrategias de control: una lucha continua

Ante la imposibilidad de erradicación total, Florida ha implementado campañas activas de control de pitones, incluyendo programas de caza y eliminación. Se permite a los ciudadanos capturar o sacrificar a estas serpientes en terrenos públicos y privados, bajo normas específicas.

Las autoridades recomiendan técnicas humanitarias para su eliminación, como la decapitación rápida o golpes certeros con herramientas pesadas. También se organiza anualmente el “Python Challenge”, un evento de caza masiva destinado a reducir la población de estos reptiles.

A pesar de estos esfuerzos, el control efectivo sigue siendo un desafío, y casos como el del lince rojo alimentan la esperanza de que los depredadores nativos comiencen a desempeñar un papel más activo en esta lucha.


Un nuevo equilibrio posible

El episodio protagonizado por el lince rojo y la pitón Loki podría ser una señal alentadora: el ecosistema de Florida, aunque alterado, aún tiene la capacidad de adaptación. El comportamiento observado no solo rompe un récord biológico, sino que también plantea nuevas preguntas sobre el potencial de resiliencia de los depredadores nativos frente a especies invasoras.

Si bien la amenaza de las pitones sigue vigente, eventos como este podrían ser el inicio de una respuesta natural del ecosistema para defenderse y autorregularse.


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