La inclusión de fuerzas rusas en el desfile del Día de la Independencia de Venezuela ha provocado una ola de críticas tanto dentro de los cuarteles como en la sociedad civil. El evento, tradicionalmente una exhibición de orgullo nacional y militar, perdió su brillo y se convirtió en un acto politizado, según numerosos testimonios.

El presidente Nicolás Maduro, en su afán por consolidar su reelección, permitió la participación de soldados rusos en el desfile, un movimiento que muchos consideran un intento de demostrar fuerza en medio de una campaña electoral desfavorable. Durante la ceremonia, Maduro ensalzó a las Fuerzas Armadas y destacó el apoyo de países como Rusia, China e Irán, declaraciones que contrastan con el espíritu de la independencia venezolana.

Dentro de los cuarteles, la reacción fue de descontento. Un alto oficial comentó a Infobae que la presencia de tropas rusas transmite un mensaje erróneo, considerando que Rusia es un país involucrado en un conflicto sin justificación. Otro oficial de la Aviación calificó la inclusión de los rusos y las acrobacias en moto como una ofensa al histórico Paseo Los Próceres.

El descontento también se extendió a nivel local. El alcalde del municipio Vargas, José Manuel Suárez Maldonado, rindió honores a las tropas rusas, entregando la llave de la ciudad al Capitán de Navío Alexander Boychenco y recorriendo junto a ellos las calles de La Guaira. Suárez destacó la «hermandad» entre Rusia y Venezuela, palabras que no mitigaron las críticas sobre la politización del desfile.

La presencia de las tropas rusas y las declaraciones de Maduro reflejan, para muchos, un desesperado intento por afianzarse en el poder mediante la exhibición de alianzas internacionales. Sin embargo, estas acciones han sido recibidas con escepticismo y rechazo por parte de quienes consideran que la independencia de Venezuela no debería estar condicionada por influencias extranjeras.