En un giro polémico en la política migratoria de Nueva York, los condados de Rensselaer y Nassau han decidido colaborar con el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), desafiando las políticas de santuario establecidas por la gobernadora Kathy Hochul. Esta decisión ha generado un intenso debate sobre la seguridad pública y los derechos de los inmigrantes en el estado.
Medidas Implementadas por Rensselaer y Nassau
Desde 2018, el condado de Rensselaer ha estado participando en el programa 287(g), que permite a agentes locales recibir capacitación sobre leyes migratorias y colaborar directamente con el ICE en la detención de personas sin estatus legal. Este programa ha resultado en cientos de arrestos de migrantes con antecedentes delictivos, a pesar de la baja densidad de población del condado.
Por su parte, el condado de Nassau ha tomado medidas más drásticas al destinar 50 celdas exclusivamente para detenidos con órdenes de deportación y asignar detectives con autorización para realizar arrestos migratorios fuera de las instalaciones carcelarias. Estas decisiones se justifican en el contexto de un aumento en delitos graves, como violaciones y robos organizados, atribuidos a inmigrantes en situación irregular.
Tensión con la Gobernadora Hochul
Las acciones de Rensselaer y Nassau se oponen abiertamente a la postura del gobierno estatal, que ha defendido las leyes de santuario para proteger a los inmigrantes sin antecedentes penales graves. Kathy Hochul y su administración han insistido en la importancia de mantener estas políticas, argumentando que el estado no debe colaborar en la deportación de personas que no representan una amenaza para la seguridad pública.
El ejecutivo del condado de Nassau, Bruce Blakeman, ha afirmado que sus decisiones responden a una crisis de seguridad pública, indicando que «si saben que no hay consecuencias, lo seguirán haciendo una y otra vez».
Opiniones Divididas en la Población
El debate sobre la colaboración con el ICE ha polarizado a la población de Nueva York. Según una encuesta reciente, el 72% de los votantes de la ciudad apoya la deportación de inmigrantes con antecedentes penales. Este cambio en la percepción pública plantea un desafío para los líderes que se oponen a endurecer las políticas migratorias.
Sin embargo, Hochul ha minimizado el impacto de la campaña de deportación impulsada por los republicanos, recordando que el ICE ha operado en el estado durante muchos años y que la cooperación con las autoridades locales no es algo nuevo.
Implicaciones Federales
La administración federal ha dejado claro que Nueva York no podrá evitar las deportaciones bajo el mandato de Donald Trump. La negativa del estado a colaborar con el ICE podría resultar en una mayor presión desde Washington y recortes de fondos federales si las políticas de santuario siguen obstaculizando los arrestos de migrantes con antecedentes delictivos.
La colaboración de Rensselaer y Nassau con el ICE marca un cambio significativo en la política migratoria de Nueva York y plantea importantes preguntas sobre la seguridad pública, los derechos de los inmigrantes y la efectividad de las políticas de santuario. A medida que el debate continúa, la situación en el estado seguirá evolucionando.
Fuente: LA NACIÓN
Foto: Tribuna Abierta