Recientemente, un estudio ha revelado que los pulpos poseen un sistema nervioso sorprendentemente complejo, que les permite tener un «cerebro» en cada uno de sus ocho brazos. Este descubrimiento ha ampliado nuestra comprensión de la inteligencia y la versatilidad de estos fascinantes cefalópodos.
Un Sistema Nervioso Policéntrico
Los pulpos son invertebrados únicos que, a diferencia de aves y mamíferos, carecen de un sistema nervioso centralizado. Sin embargo, esto no significa que su inteligencia sea inferior. De hecho, cada brazo tiene su propio sistema neuronal que opera de manera independiente, lo que se conoce como un cerebro «policéntrico». Este diseño les permite realizar movimientos precisos y complejos de manera simultánea.
Investigación Reciente
Un grupo de investigadores ha estudiado cómo estos brazos funcionan de manera autónoma mientras se coordinan con el cerebro central del pulpo. El estudio se centró en la especie Octopus bimaculatus, revelando que las neuronas en los brazos superan en número a las del cerebro central. Este hallazgo destaca la sofisticación del sistema nervioso de los pulpos y su capacidad para realizar múltiples tareas a la vez.
Estructura Neuronal
El análisis mostró que las neuronas de los brazos se agrupan en «columnas» que forman segmentos, separados por espacios denominados «septa». Estos septa permiten la comunicación entre las diferentes partes del brazo, lo que es crucial para el control del movimiento y la flexibilidad. Según los investigadores, dividir el brazo en segmentos facilita un control más efectivo de estos órganos altamente móviles.
Implicaciones Evolutivas
Clifton Ragsdale, coautor del estudio, sugiere que esta organización del sistema nervioso podría haberse desarrollado específicamente en los cefalópodos de cuerpo blando para facilitar movimientos que requieren una gran destreza, similares a los de los gusanos. Esta adaptación evolutiva les permite a los pulpos manipular su entorno de manera excepcional.
El descubrimiento de que los pulpos tienen un cerebro en cada brazo plantea nuevas preguntas sobre la inteligencia animal y la evolución del sistema nervioso. A medida que continúan las investigaciones, podríamos aprender mucho más sobre estos enigmáticos seres del océano y su sorprendente capacidad para interactuar con su entorno.
Fuente: Xataka
Foto: Tribuna Abierta