Una vida marcada por la adversidad
Lina Álvarez, una médico gallega de 71 años, ha compartido su inspiradora historia en el programa «Y ahora Sonsoles». Se convirtió en madre por tercera vez a los 62 años, desafiando las normas convencionales sobre la maternidad y mostrando una increíble fortaleza ante la adversidad. Su relato revela las luchas personales y profesionales que ha enfrentado a lo largo de su vida.
La decisión de mentir al ginecólogo
Para poder quedar embarazada, Lina admitió que tuvo que mentir a su ginecólogo sobre su edad, afirmando que tenía 52 años. «No me pidió el DNI. Me creyó. Supongo que por ser colega», comentó. Esta decisión, aunque arriesgada, fue motivada por su deseo de formar una familia y de experimentar la alegría de la maternidad nuevamente.
Superando el dolor del pasado
Lina no siempre ha tenido un camino fácil. Su primer hijo nació cuando ella tenía 34 años, pero un error médico durante el parto resultó en una parálisis cerebral con un 87% de minusvalía. Este evento la llevó a enfrentar una larga batalla legal por negligencia médica, una lucha que ha durado más de 35 años. «Llevo 35 años luchando por esa negligencia. Todavía está en los juzgados», explicó.
Un nuevo comienzo con la fecundación in vitro
A los 52 años, Lina se sometió a un tratamiento de fecundación in vitro, lo que resultó en el nacimiento de su segundo hijo, Samuel. Este evento le devolvió las ganas de vivir y la fe en las personas. Sin embargo, su camino hacia la maternidad no terminó ahí. Tras una serie de desafíos personales, Lina decidió intentar ser madre nuevamente a los 62 años.
La llegada de su hija menor
Hoy, Lina cría a su hija menor, que aún no ha cumplido diez años, y se enorgullece de poder hacerlo mientras trabaja a jornada completa. «Estoy feliz. Me revivió. Trabajo, la cuido, hago vida normal. No tengo ningún factor de riesgo, soy una mujer sana», afirmó. Aunque enfrenta críticas y cuestionamientos sobre su decisión, Lina se mantiene firme en su elección y resalta la felicidad que su hija le ha traído.
Reflexiones sobre la maternidad y la crítica social
La historia de Lina ha generado un debate sobre la maternidad a una edad avanzada. Ella defiende su decisión y anima a sus pacientes mayores a considerar la maternidad si así lo desean. «Mis hijos no tienen mi genética, pero se parecen a mí. Son mis hijos», dijo con orgullo. A pesar de las críticas, Lina se siente realizada y considera que tener a su hija ha sido lo mejor que ha hecho en su vida.
Un legado de amor y resiliencia
Lina Álvarez es un ejemplo de resiliencia y determinación. Su historia no solo desafía las expectativas sociales sobre la maternidad, sino que también subraya la importancia del amor y el deseo de formar una familia. «A mí la niña me devolvió la vida. Fue un regalo de la naturaleza, o de Dios, o de quien sea. Pero fue un regalo», concluyó.
Fuente: lavanguardia
Foto: Tribuna Abierta