La tercera ola de domesticación: cómo los perros evolucionan junto a los humanos

En las últimas décadas, la relación entre humanos y perros ha experimentado una transformación significativa. De ser considerados principalmente como animales de trabajo, los perros han pasado a ocupar un lugar central como compañeros en nuestros hogares. Este cambio en la dinámica ha influido no solo en su comportamiento, sino también en su evolución genética.

La Tercera Ola de Domesticación

Investigadores de la Universidad de Linköping, Suecia, han identificado lo que denominan una «tercera ola de domesticación» en los perros. Esta fase se caracteriza por una selección orientada hacia mascotas más amigables y tranquilas, adecuadas para estilos de vida sedentarios. A diferencia de las primeras etapas de domesticación, donde los perros eran valorados por sus habilidades de caza, pastoreo y protección, la atención actual se centra en su capacidad para formar vínculos afectivos con los humanos.

El Papel de la Oxitocina en el Vínculo Humano-Perro

La oxitocina, conocida como la «hormona del amor», desempeña un papel crucial en la formación de lazos sociales. Estudios han demostrado que esta hormona impulsa a los perros a buscar contacto con sus dueños. Durante el proceso de domesticación, la sensibilidad de los perros a la oxitocina ha aumentado, facilitando interacciones más estrechas entre ambas especies.

En un experimento con 60 golden retrievers, los investigadores evaluaron cómo la oxitocina influye en la disposición de los perros a buscar ayuda humana. Tras administrar un aerosol nasal de oxitocina, se observó que los perros eran más propensos a solicitar asistencia de sus dueños cuando enfrentaban una tarea imposible de resolver por sí mismos. Este comportamiento sugiere que la oxitocina fortalece el vínculo y la comunicación entre perros y humanos.

Evolución Genética y Comportamental

La domesticación ha dejado huellas en el genoma de los perros, especialmente en genes relacionados con la sociabilidad y la interacción con los humanos. Variaciones genéticas en los receptores de oxitocina influyen en la capacidad de los perros para comunicarse y cooperar con las personas. Este proceso evolutivo ha sido moldeado por la selección de rasgos que favorecen la convivencia y la colaboración entre ambas especies.

Implicaciones para el Futuro

La comprensión de estos cambios evolutivos tiene implicaciones prácticas. Por ejemplo, al seleccionar y entrenar perros de servicio, es posible considerar su predisposición genética para formar vínculos fuertes con los humanos. Además, reconocer la importancia de la oxitocina en la relación humano-perro puede conducir al desarrollo de estrategias que fortalezcan este vínculo, mejorando el bienestar de ambos.

En resumen, la evolución de los perros continúa en respuesta a las cambiantes interacciones con los humanos. Esta «tercera ola de domesticación» destaca la profunda conexión entre ambas especies y subraya la importancia de comprender los factores biológicos y sociales que la sustentan.

Fuente: HUFFPOST
Foto: Tribuna Abierta

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