La genética juega un papel fundamental en la determinación de la apariencia física y la edad percibida de las personas, según revela un estudio reciente realizado por la Universidad Médica Central de Rotterdam. Este estudio, publicado en la revista científica ‘Current Biology’ y liderado por el Centro Médico de la Universidad Erasmus en los Países Bajos y Unilever, investigó la relación entre los genes y la percepción de la edad en individuos mayores.
El estudio analizó 2,693 imágenes de adultos mayores y solicitó a un grupo de personas que estimaran la edad de los sujetos en las fotografías. Posteriormente, se compararon estas estimaciones con la edad biológica de los participantes, centrándose en mutaciones o variaciones genéticas. Se encontró que el gen MC1R era un factor común en aquellos que parecían más jóvenes de lo que realmente eran.
Los participantes del estudio indicaron que aquellos con alguna variación en el gen MC1R parecían dos años más jóvenes en promedio. Sin embargo, aquellos que portaban el homocigoto de este gen aparentaban dos años más viejos. Este gen, asociado genéticamente con características como el pelo rojo, la piel pálida y las pecas, juega un papel crucial en la pigmentación normal de la piel.
A pesar de que la piel pálida se asocia con mayor susceptibilidad al daño solar y arrugas, los científicos observaron que el efecto del gen MC1R en la edad percibida persistía incluso después de descartar factores como el color de la piel y la exposición al sol. João Pedro de Magalhães, experto en genética del envejecimiento en la Universidad de Liverpool, comentó que este hallazgo no es sorprendente, considerando la asociación previa de este gen con daños en la piel inducidos por los rayos UV.
Aunque este estudio arroja luz sobre la influencia del gen MC1R en la apariencia juvenil o envejecida de las personas, los científicos enfatizan la necesidad de realizar más investigaciones para comprender completamente su incidencia. Además, se reconoce que otros factores como la percepción social y cultural, el consumo de tabaco y la exposición a los rayos ultravioleta también pueden influir en la edad percibida de una persona.
Fuente: EL TIEMPO
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