Irán, conocido por su energía de bajo costo, se ha convertido en un destino atractivo para los mineros de criptomonedas. Sin embargo, el aumento del consumo energético, exacerbado por una intensa ola de calor, ha llevado al gobierno iraní a tomar medidas drásticas.

El gobierno ahora ofrece recompensas a quienes denuncien a los mineros de criptomonedas. Las recompensas pueden alcanzar un millón de riales iraníes (aproximadamente 21,27 euros). Aunque esta cantidad puede parecer modesta, resulta significativa en un país donde la renta per cápita fue de 16.200 euros en 2023, según datos del Banco Mundial.

Irán enfrenta la peor ola de calor en cinco décadas, con temperaturas que alcanzan los 45 ºC en algunas regiones, lo que ha provocado cortes de electricidad. Mostafa Rajabi Mashhadi, CEO de Tavanir, la empresa nacional de distribución eléctrica, ha señalado a los mineros de criptomonedas, especialmente de bitcoin, como responsables de un consumo energético excesivo. Según Mashhadi, se han detectado más de 230.000 dispositivos de minería ilegal, con un consumo total de 900 MW, lo que equivale al consumo de toda la provincia de Markazi. Abastecer esta demanda requeriría construir una planta eléctrica con una capacidad de 1.300 MW.