El pasado 17 de mayo, el Vaticano comunicó que ya no se pronunciará sobre la autenticidad de las apariciones de la Virgen y que se limitará a evaluar «el fenómeno pastoral» que surge de estos sucesos. Esto le permitirá intervenir rápidamente sobre expedientes delicados en un ámbito propenso a fraudes contra devotos.


En solo tres semanas, el cardenal Víctor Manuel «Tucho» Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, ha hecho público el dictamen del Vaticano sobre tres supuestos eventos sobrenaturales. Como resultado, ha descartado dos apariciones y ha visto positivamente, con pequeños reparos, el mensaje de una tercera.

El primer caso es el de «las presuntas apariciones y revelaciones» en Trevignano Romano, cerca de la Ciudad Eterna. Gisella Cardia, la supuesta vidente, asegura que desde 2016 la Virgen María se le aparece el 3 de cada mes y le comunica un mensaje especial. Además, tiene una pequeña escultura de María que llora lágrimas de sangre. El cardenal Fernández comunicó el 27 de junio que «consta la no sobrenaturalidad» del evento, apoyando el decreto del obispo local que prohibió celebraciones religiosas en el lugar de las apariciones.