A medida que avanzaba la investigación en 2020, surgieron desafíos significativos que obstaculizaron el avance hacia la resolución del caso de Yuyú. La falta de cooperación de testigos clave y la inconsistencia en los relatos de los involucrados fueron problemas persistentes que complicaron las diligencias investigativas. A pesar de los esfuerzos de la comunidad de Isla Alta y los medios locales por exigir respuestas, nuevas pistas y descubrimientos seguían añadiendo complejidad al caso.

La presión pública y la vigilancia constante de organizaciones de derechos humanos como «Ni un niño menos» fueron fundamentales para mantener el caso en el foco de atención nacional e internacional, garantizando así una investigación exhaustiva y justa. Los investigadores se enfrentaron a la ardua tarea de discernir la verdad entre numerosas contradicciones y versiones divergentes. Aunque los avances tecnológicos y forenses ofrecieron herramientas valiosas para el análisis de evidencia, la resistencia de los principales sospechosos y la complejidad del caso añadieron capas adicionales de dificultad.

La incertidumbre persistente entre la comunidad y los familiares de Yuyú subrayó la urgencia de resolver el caso, no solo para lograr justicia, sino también para restaurar la confianza en el sistema de justicia paraguayo. A pesar de estos esfuerzos, hasta la fecha, el caso de Yuyú permanece sin resolución, dejando un doloroso vacío para sus seres queridos y destacando las deficiencias en la respuesta institucional frente a desapariciones de niños en Paraguay.