
Crece la preocupación por la ocupación ilegal en Nueva York: expertos alertan sobre dificultades para desalojar a los invasores
Expertos legales advierten sobre el aumento de casos de ocupación ilegal en la ciudad de Nueva York, señalando una mayor sofisticación por parte de los invasores y complicaciones legales que dificultan la expulsión de los ocupantes no deseados.
La ciudad de Nueva York enfrenta un desafío creciente con la presencia de ocupantes ilegales en casas y apartamentos privados en los cinco condados. Expertos legales destacan que, debido a lagunas legales y cambios en la ley, desalojar a estos ocupantes se ha vuelto más difícil y prolongado.
Alan Goldberg, abogado de bienes raíces en Manhattan, ha observado un aumento del 10 al 20% en casos de ocupación ilegal en los últimos dos años, atribuyéndolo a la crisis migratoria y a la falta de vivienda pospandémica, así como a la cobertura mediática del tema.
Una de las dificultades radica en el vacío legal que permite a cualquiera que permanezca en una propiedad el tiempo suficiente reclamar su ocupación legal, incluso en contra de la objeción del propietario. En los cinco condados de la ciudad, este límite es de apenas 30 días, lo que deja a los propietarios más vulnerables a los invasores no deseados.
La acumulación de casos pospandemia ha ralentizado el proceso judicial, prolongando aún más la resolución de los casos de ocupación ilegal. Esto se suma a los ajustes a la ley estatal en 2019, que otorgaron más derechos a los ocupantes ilegales y complicaron los procedimientos para los propietarios legales que intentan reclamar su propiedad.
Ante esta situación, algunos legisladores están proponiendo medidas para otorgar más poder a los propietarios y convertir la ocupación ilegal en un delito de invasión de propiedad. Sin embargo, los desafíos persisten, y la falta de recursos dedicados al sistema judicial de vivienda amenaza con un colapso del sistema tal como se conoce.
En resumen, la ocupación ilegal en la ciudad de Nueva York ha generado preocupación debido a su creciente sofisticación y a las dificultades legales y judiciales para desalojar a los ocupantes no deseados.
Fuente: NEW YORK POST
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