Sam Bankman-Fried, conocido en el mundo de las criptomonedas como «SBF» y cofundador de FTX, ha sido sentenciado a 25 años de prisión y una multa de más de 11 mil millones de dólares por su participación en una megaestafa que conmocionó al mundo cripto.

El joven empresario, quien fue considerado uno de los multimillonarios más jóvenes del mundo, enfrentaba una pena máxima de más de 100 años por varios delitos de fraude y lavado de dinero, pero su condena se considera «leve» en comparación.

La estafa involucró el uso no autorizado de los depósitos de los clientes de FTX para llevar a cabo operaciones de alto riesgo en el fondo de cobertura de Bankman-Fried, Alameda Research. Como resultado, miles de millones de dólares de los fondos de los usuarios se destinaron a financiar operaciones arriesgadas, pagos de deudas, préstamos personales, donaciones políticas y un estilo de vida lujoso.

A pesar de haber alcanzado la fama y el éxito como empresario cripto, el imperio de Bankman-Fried se derrumbó en noviembre de 2022 debido a la incapacidad de enfrentar las solicitudes masivas de retiro de fondos por parte de los clientes preocupados por la situación financiera de la empresa.

El juez Lewis Kaplan dictaminó la sentencia después de que Bankman-Fried fuera declarado culpable por un jurado de Nueva York de siete delitos de fraude y blanqueo de dinero. Durante el juicio, el empresario expresó arrepentimiento por sus acciones y reconoció haber tomado «una serie de malas decisiones» como director ejecutivo de FTX.

Los fiscales estimaron que las pérdidas para las víctimas de los crímenes de Bankman-Fried superaban los 550 millones de dólares. Aunque FTX espera reembolsar completamente a los clientes afectados, la sentencia marca un punto crucial en la carrera del «niño prodigio» de las criptomonedas, quien pasó de ser aclamado como un visionario empresarial a enfrentar las consecuencias de sus acciones fraudulentas.