
Cómo Combatir el ‘Olor a Viejo’ y Mejorar tu Bienestar en la Tercera Edad
27/07/24 – 12:05 P.M
A medida que envejecemos, los signos del paso del tiempo se hacen evidentes en nuestro cuerpo. Estos cambios incluyen canas, arrugas y hasta un peculiar crujido en las articulaciones. Además de estos síntomas físicos, también puede aparecer el conocido «olor a viejo», un fenómeno completamente natural y común en la tercera edad.
Las diferentes etapas de la vida tienen sus ventajas y desventajas, y aceptar el proceso de envejecimiento puede ser un desafío para algunos. Desde la crisis de los 40 hasta el complejo de Peter Pan, el miedo a envejecer puede ser difícil de superar. Sin embargo, la mayoría de los ancianos encuentran la manera de aceptar su edad y vivir de manera más libre y feliz, sin preocuparse tanto por la opinión de los demás.
La Ciencia Detrás del ‘Olor a Viejo’
El «olor a viejo» es un fenómeno real, y su causa no está relacionada con la falta de higiene o enfermedades. Se debe a cambios químicos y hormonales en el cuerpo. Este olor comienza a ser notable a partir de los 60 años, pero sus raíces se encuentran en los cambios que ocurren a partir de los 30.
Con la edad, el cuerpo produce menos antioxidantes y más lípidos en la piel. Esto lleva a la acumulación de ácidos grasos difíciles de eliminar. Mantener una buena salud cutánea y una dieta equilibrada puede ayudar a mitigar estos efectos.
La Molécula de la Vejez
El principal responsable del «olor a viejo» es una molécula llamada 2-noneal. Esta sustancia se produce naturalmente cuando la piel se oxida, generando un aroma fuerte y desagradable. Aunque todos producimos 2-noneal desde los 30 años, su presencia aumenta significativamente en la piel de los ancianos. Además, esta molécula también es más común en personas diabéticas, con obesidad o en madres lactantes.
Cómo Evitar el ‘Olor a Viejo’
Existen varias estrategias para reducir este olor y mejorar el bienestar general:
Depilación: Eliminar el vello de las axilas y las ingles puede ayudar a que el sudor se evapore más rápido.
Uso de desodorante: Es esencial para mantener un olor fresco.
Intervenciones quirúrgicas: Algunas cirugías pueden eliminar las glándulas sudoríparas en áreas específicas, aunque pueden afectar la regulación térmica del cuerpo.
Dieta: Reducir el consumo de alimentos ricos en azufre, como el repollo, brócoli, cebolla y frambuesas, puede disminuir los olores corporales.
Cambio de ropa: Utilizar varias mudas de ropa al día, especialmente en verano, puede prevenir la acumulación de sudor.
Fuente: LA RAZÓN
Foto: Unsplash