16/09/24 – 20:15 P.M
En los últimos cinco años, los navegantes en el Estrecho de Gibraltar han enfrentado un incremento significativo en los encuentros con orcas, uno de los depredadores más inteligentes del océano. Según el Grupo de Trabajo del Atlántico Orca (GTOA), una colaboración entre científicos españoles y portugueses, se han registrado más de 700 incidentes con estas criaturas, incluidos varios casos en los que barcos de pesca y yates terminaron hundidos. Este aumento en las interacciones ha llevado a las autoridades españolas a emitir alertas, recomendando a los navegantes mantenerse cerca de la costa, especialmente durante los meses de verano, cuando los encuentros son más frecuentes.
La zona donde confluyen el Atlántico y el Mediterráneo, conocida por ser un paso clave para pescadores que buscan especies como el atún, el pez espada y el marlín, ha sido el escenario de encuentros preocupantes entre orcas y embarcaciones. Manuel Merianda, un pescador español, relató su experiencia reciente con las orcas, describiéndola como aterradora. «Ellas pueden hundir tu barco», afirmó Merianda, quien explicó que su embarcación fue seguida por un grupo de orcas. “Rompen tu timón y el agua empieza a entrar; una vez que eso sucede, no hay mucho que puedas hacer”, señaló. A pesar de lo sucedido, Merianda admitió que no culpa a las orcas y reconoció que los humanos están invadiendo su hábitat natural.
La comunidad científica se encuentra dividida respecto a las razones detrás de este comportamiento de las orcas. Algunos expertos, como Janek Andre de la organización WeWhale, creen que las orcas podrían estar «jugando» con las embarcaciones, un comportamiento lúdico que se ha observado en otros cetáceos. Sin embargo, otros investigadores sugieren que los ataques podrían estar relacionados con el entrenamiento de caza de los ejemplares más jóvenes. El Instituto de Investigación del Delfín Mular ha sugerido que las orcas mayores están enseñando a los más jóvenes a cazar mediante técnicas que implican golpear y morder a sus presas, y que las embarcaciones podrían ser percibidas como una forma de práctica.
En respuesta a estos incidentes, los pescadores y marineros han intentado diversas técnicas para disuadir a las orcas cuando se acercan a sus embarcaciones. Algunos han recurrido a hacer ruido o arrojar arena al agua para asustarlas, mientras que otros prefieren apagar los motores y mantener el silencio para no provocar una reacción. Sin embargo, ninguna de estas medidas ha demostrado ser completamente efectiva, y los navegantes siguen en alerta ante la posibilidad de nuevos encuentros.
La situación se complica debido a que las orcas ibéricas, una subespecie que habita en esta región, están clasificadas como especie en peligro crítico según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Con una población estimada de solo 35 individuos, su baja tasa de reproducción y la pérdida de hábitat hacen que su futuro sea incierto. A pesar de su capacidad para cazar grandes presas y su estatus como el mayor depredador del océano, estas orcas están luchando por sobrevivir en un entorno que ha cambiado drásticamente por la actividad humana.
A nivel científico, las orcas son conocidas por su notable inteligencia y habilidades de comunicación. Utilizan un lenguaje propio de clics y silbidos que varía según la región, lo que sugiere una complejidad social similar a la observada en otros animales inteligentes como los delfines y los elefantes. Sin embargo, la razón detrás de su reciente interacción con embarcaciones sigue siendo un misterio. Janek Andre, de WeWhale, comentó que, aunque se realizan estudios y se recogen datos, «nunca sabremos con certeza por qué se están produciendo tantas interacciones».
Andre subrayó que el mundo submarino sigue siendo un entorno desconocido en muchos aspectos, y las interacciones entre las orcas y los humanos podrían tener causas que aún no comprendemos del todo.
Mientras tanto, las investigaciones continúan. Los científicos buscan entender mejor las motivaciones de estos majestuosos mamíferos marinos, cuyo comportamiento ha desconcertado tanto a la comunidad científica como a los navegantes. A medida que aumentan los encuentros y las tensiones, la necesidad de encontrar soluciones que protejan tanto a las orcas como a los humanos es cada vez más urgente.
Fuente: Infobae
Foto: Tribuna Abierta