
Un Submarinista Encuentra Restos de Buceadores Desaparecidos Hace 30 Años
30/10/24 – 17:40 P.M
Un Descubrimiento Inesperado en el Fondo del Mar
En una notable hazaña de buceo, el submarinista belga Víctor Yazbeck se aventuró en el acantilado Tombant des Amériques, un conocido destino para los amantes del submarinismo en Niza, Francia. Su objetivo inicial era batir el récord de máxima profundidad, que se sitúa a más de 200 metros bajo la superficie. Sin embargo, durante su descenso a 111 metros, hizo un descubrimiento que cambiaría el rumbo de su aventura.
Mientras exploraba las profundidades, Víctor avistó un objeto que le llamó la atención: una botella, un chaleco y lo que parecía una forma humana sumergida. En un momento de incertidumbre, la percepción de la tragedia se apoderó de él. «Sabía que a 111 metros vi un muerto bajo el agua», afirmó Yazbeck, reconociendo la gravedad de su hallazgo.
Investigación Coordinada con la Gendarmería Marítima
Al enterarse de la situación, la gendarmería marítima de Niza inició una investigación. El director de la investigación, Yann Bessac, recordó que en 1993 dos buceadores habían desaparecido en circunstancias misteriosas. Con la nueva información proporcionada por Yazbeck, se activó un protocolo de búsqueda. Sin embargo, para confirmar las identidades, será necesario realizar una exploración más profunda.
Para llevar a cabo la investigación, Bessac se comunicó con la Armada francesa, solicitando la asistencia de Cephismer, un centro especializado en buceo humano e intervenciones submarinas. En cuestión de horas, se planea una operación que incluye un remolador de alta mar llamado Jason, equipado con tecnología avanzada para la exploración submarina.
La Operación de Búsqueda
Durante la operación, un robot submarino (ROV) quedó desplegado en la zona del descubrimiento. Equipado con cámaras y herramientas para trabajar a gran profundidad, el ROV comenzó su misión de búsqueda en condiciones de poca luz. Los operadores del robot estaban atentos a las imágenes que aparecían en las pantallas, esperando identificar la forma que Víctor había descrito.
Después de ocho horas de búsqueda, el esfuerzo dio sus frutos. Una sombra emergió entre las rocas, revelando un tanque de buceo, un traje humano y aletas. La confirmación de que los cuerpos pertenecían a los buceadores desaparecidos en 1993 fue un momento de impacto para todos los involucrados. Se trataba de Daniel Varnier y Christian Thubet, quienes habían perdido la vida en el mar hace tres décadas.
Confirmación y Cierre para las Familias
Una vez identificados los cuerpos, el siguiente paso fue realizar pruebas de ADN para confirmar su identidad. Los trajes de buceo se encontraron en un estado sorprendentemente bueno, lo que facilitó la identificación. Las pruebas finalmente confirmaron que los restos eran de los dos buceadores desaparecidos, lo que trajo un alivio a sus familias.
El descubrimiento permitió a los seres queridos de Varnier y Thubet cerrar un capítulo doloroso que había estado durante tanto tiempo. Las familias pudieron finalmente rendir homenaje a sus seres queridos, quienes habían desaparecido sin dejar rastro. Esta historia también resalta la importancia de la seguridad en el buceo y las precauciones que deben tomarse para evitar tragedias similares en el futuro.
El caso de los buceadores desaparecidos es un recordatorio de los riesgos que conlleva el buceo, especialmente en zonas peligrosas como el Tombant des Amériques. Mientras que el descubrimiento de Yazbeck no fue el récord que esperaba, su hallazgo se convirtió en un hito significativo en la historia del buceo en Francia. Este evento pone de manifiesto el espíritu explorador de los submarinistas, que a menudo se convierte en los descubridores de historias olvidadas en las profundidades del mar.
Fuente: Infobae
Foto: Tribuna Abierta