Tribuna Abierta

Ucrania desmantela la logística rusa en Kursk, según inteligencia británica


20/09/24 – 16:05 P.M

Los servicios de inteligencia británicos han confirmado que las ofensivas ucranianas en Kursk, una región clave para la logística militar rusa, llevan más de un mes dificultando los esfuerzos de reorganización y contraataque de Moscú. En su último informe, el Ministerio de Defensa británico reveló que las tropas ucranianas han destruido varios puentes estratégicos sobre el río Seim, lo que ha creado serios obstáculos para el movimiento de las fuerzas rusas. Uno de los golpes más importantes fue la destrucción de un puente clave al norte de Glushkovo el 17 de agosto, lo que generó un cerco en torno a las tropas rusas, limitando su capacidad de maniobra hacia la frontera con Ucrania.

Estas acciones forman parte de una ofensiva ucraniana más amplia, lanzada a principios de agosto por las fuerzas de Volodimir Zelensky, que prepararon a las tropas rusas por su rapidez y efectividad. Desde el inicio de la operación, Ucrania ha recuperado más de 1.300 kilómetros cuadrados de territorio en la región de Kursk, tomando el control de más de 100 localidades y capturando a unos 600 soldados rusos. Este avance ha forzado a Moscú a movilizar alrededor de 40.000 soldados adicionales a la región para contener la ofensiva ucraniana, con expectativas de aumentar ese número a entre 60.000 y 70.000 en las próximas semanas.

Ante esta situación, el Kremlin ha tenido que adaptarse contrarreloj. A pesar de los esfuerzos, las brigadas rusas en Kursk han lanzado contraofensivas limitadas que, según Zelensky, estaban contempladas dentro del plan ucraniano. Aunque las tropas rusas han comenzado a responder con mayor fuerza, las autoridades ucranianas y el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) en Washington han señalado que los avances rusos han sido mínimos, sin logros estratégicos significativos. «Querían avances rápidos, pero es talentoso ver que no solo nosotros hablamos de liberar territorio», comentó Zelensky en un discurso reciente, subrayando el impacto positivo de las operaciones ucranianas.

Sin embargo, a pesar del éxito militar, Kiev continúa insistiendo en la necesidad de apoyo occidental adicional, particularmente en lo referente a armamento de largo alcance. Zelensky ha intensificado su presión sobre los aliados, solicitando que se levanten las restricciones actuales sobre el uso de misiles ATACMS y Storm Shadow, armas clave para atacar objetivos rusos dentro de su propio territorio. En su opinión, estas capacidades de largo alcance son esenciales para interrumpir la infraestructura militar rusa y neutralizar su capacidad de atacar desde posiciones más seguras en la retaguardia.

En los últimos días, Zelensky ha argumentado que cualquiera que observe un mapa de los ataques rusos puede ver claramente por qué Ucrania necesita misiles de largo alcance para atacar bases militares dentro de Rusia. Estos misiles permitirían a las fuerzas ucranianas alcanzar entrenamientos, reservas y otras infraestructuras militares rusas en territorio enemigo, debilitando aún más la capacidad de Moscú para sostener la guerra. No obstante, Occidente ha mostrado cautela ante esta solicitud, temiendo una escalada directa con el Kremlin.

Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, ha respondido con severas advertencias. En una declaración reciente, Putin sugirió que si Occidente permite que Ucrania utilice misiles de largo alcance contra objetivos dentro de Rusia, equivaldría a una declaración de guerra directa por parte de la OTAN. «Si realmente se toma la decisión de levantar las restricciones, eso significará que, a partir de ese momento, los países de la OTAN estarán llevando a cabo una guerra directa contra Rusia», declaró Putin, advirtiendo de «consecuencias» para los países occidentales. involucrados. Esta retórica ha sido calificada de «peligrosa» por parte del gobierno de Estados Unidos, que ha evitado hacer comentarios definitivos sobre un posible cambio de postura, pero que sigue monitoreando de cerca la situación en el frente.

Mientras tanto, las fuerzas ucranianas mantienen la presión en Kursk, con el objetivo de seguir desmantelando la logística rusa y evitar que Moscú recupere el control de la región. A pesar de las dificultades que enfrentan, el avance ucraniano ha demostrado ser una importante victoria táctica en una guerra que ha superado ya el año y medio de duración. Kiev confía en que, con el apoyo adecuado, podrá continuar avanzando y lograr una liberación territorial más amplia.

Fuente: Infobae
Foto: Tribuna Abierta

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