Revelaciones sobre la Fuga de la Atmósfera Terrestre: Un Campo Eléctrico Inesperado

09/10/24 – 00:00 A.M

Un misterio antiguo
Recientemente, un grupo de científicos ha desentrañado uno de los grandes misterios de la atmósfera terrestre: ¿por qué está perdiendo gases al espacio? Este enigma ha intrigado a la comunidad científica durante seis décadas, pero un nuevo estudio ha puesto luz sobre la cuestión, revelando la existencia de un débil campo eléctrico que impulsa cerca de 90 toneladas de material hacia el espacio cada día. Este descubrimiento no solo explica un fenómeno observado, sino que también tiene importantes implicaciones para entender la evolución de nuestra atmósfera y su capacidad para sostener la vida.

Observaciones iniciales: Partículas en fuga
Desde finales de los años 60, los satélites ubicados sobre los polos han detectado un flujo anómalo de partículas que escapan de la Tierra a velocidades impresionantes, alcanzando hasta 20 kilómetros por segundo. Estas observaciones han generado numerosas preguntas. ¿Qué fuerzas están detrás de este fenómeno? A pesar de los avances en tecnología y comprensión, la comunidad científica no podía explicar completamente por qué ocurría esta fuga de gases. La gravedad y el campo magnético de la Tierra, aunque fundamentales, no parecían ser suficientes para justificar este veloz escape.

La búsqueda de respuestas
Con el tiempo, los investigadores empezaron a formular hipótesis alternativas, sospechando que debía existir algún tipo de fuerza adicional que facilitara esta fuga de partículas. Esta búsqueda de respuestas condujo a la exploración de los fenómenos eléctricos en la atmósfera, aunque el campo eléctrico en cuestión había permanecido sin ser detectado debido a su debilidad y complejidad.

El hallazgo del campo eléctrico
El nuevo estudio ha revelado que este misterioso flujo de partículas es impulsado por un campo eléctrico global que, aunque tiene una intensidad comparable a la de una pila de reloj, es suficiente para liberar los iones más ligeros de nuestra atmósfera hacia el espacio. Esta revelación es crucial, ya que ofrece nuevas perspectivas sobre la composición de la atmósfera y la manera en que se mantiene la vida en la Tierra. Según Glyn Collinson, científico de cohetes de la NASA y autor principal del estudio, este campo eléctrico es un “agente del caos” que actúa en contra de la gravedad. Sin este fenómeno, la Tierra podría ser un lugar muy diferente.

La dificultad de medir el campo eléctrico
La identificación de este campo eléctrico, considerado fundamental para la dinámica de la atmósfera, fue un desafío monumental. Históricamente, se había reconocido que el sol podía calentar y energizar ciertas partículas, permitiendo que algunas escaparan al espacio. Sin embargo, los datos obtenidos de las naves espaciales mostraban que muchos de estos iones se movían a altas velocidades pero tenían temperaturas bajas, lo que complicaba aún más la comprensión del fenómeno.

Innovaciones en la tecnología de medición
Los investigadores han teorizado durante mucho tiempo que un pequeño campo eléctrico podría proporcionar suficiente energía para transportar hidrógeno fuera de la atmósfera. Sin embargo, esta teoría implicaba que el campo se generaría a escalas subatómicas, siendo increíblemente débil y difícil de medir. La detección del campo se consideraba una tarea casi imposible. Para superar este obstáculo, Collinson y su equipo tuvieron que inventar un nuevo instrumento, un espectrómetro de fotoelectrones, específicamente diseñado para detectar la diminuta magnitud de este campo.

Una expedición audaz al espacio
El equipo de investigación se embarcó en una misión ambiciosa. Tras un viaje de 17 horas en barco, llegaron a Svalbard, un archipiélago entre Noruega y el Polo Norte, ideal para la investigación sobre el viento polar. Desde allí, lanzaron un pequeño cohete, llamado Endurance, en honor al famoso barco antártico de la década de 1910. Este cohete fue diseñado para alcanzar brevemente el espacio y recopilar datos en tiempo real utilizando el nuevo instrumento desarrollado.

La exitosa medición del campo eléctrico
Durante el ascenso del cohete, el espectrómetro registró un cambio de 0,55 voltios a una altitud de 767 kilómetros. Aunque esta cifra puede parecer insignificante, el campo eléctrico resultante es capaz de impulsar átomos ligeros al espacio. Para un átomo de hidrógeno, la fuerza ascendente de este campo eléctrico es 10,6 veces más fuerte que la gravedad que lo atrae hacia la Tierra. Este descubrimiento desafía las creencias anteriores sobre las fuerzas que afectan a la atmósfera.

Implicaciones para partículas más pesadas
Si bien las partículas más pesadas, como los átomos de oxígeno, no pueden escapar completamente solo por la acción de este campo eléctrico, sí reciben un impulso que les permite ascender a niveles más altos en la atmósfera. En estos niveles, otros procesos pueden ayudar a catapultarlas al espacio. Esto plantea una nueva comprensión de cómo la atmósfera se comporta y de los mecanismos que pueden influir en la pérdida de gases.

La naturaleza única del campo eléctrico
El campo eléctrico descubierto, denominado campo ambipolar, es “diferente a cualquier campo eléctrico que hayas encontrado en tu vida diaria”, según Collinson. Este campo comienza a alrededor de 240 kilómetros sobre la superficie terrestre. Su funcionamiento implica un proceso en el que el sol ilumina un átomo, separando un electrón negativo de su ion positivo. Aunque ambos se atraen, la gravedad ejerce una mayor influencia sobre el ion más pesado, lo que complica la separación.

Partículas en movimiento: ¿hacia dónde van?
A medida que las partículas se elevan desde nuestra atmósfera, algunas pueden perderse en el vasto espacio, mientras que otras podrían regresar. Los modelos sugieren que el campo magnético de la Tierra puede atrapar estas partículas y devolverlas a la atmósfera. Este fenómeno puede contribuir a las exhibiciones de luces del norte, un recordatorio visual de la compleja interacción entre la Tierra y su entorno espacial. Sin embargo, la proporción de partículas que regresan aún no se comprende completamente, lo que añade otra capa de complejidad a este estudio.

Implicaciones para el clima espacial
El impacto del campo eléctrico ambipolar se extiende más allá de la mera pérdida de partículas. Los iones de hidrógeno que escapan al espacio podrían, en ciertas circunstancias, amortiguar los efectos de las tormentas solares que interactúan con la Tierra. Esto podría ser beneficioso para nuestros sistemas de energía en la superficie, que son vulnerables a las perturbaciones causadas por la llegada de partículas solares. Sin embargo, también podría reducir la intensidad de las auroras boreales, un fenómeno natural apreciado por su belleza.

Conclusiones y reflexiones sobre el futuro
El descubrimiento del campo eléctrico ambipolar es un avance fundamental en nuestra comprensión de la atmósfera terrestre y sus procesos. Aunque no hay evidencia de que la Tierra esté en peligro inmediato de perder su atmósfera, este hallazgo proporciona una valiosa perspectiva sobre cómo se mantiene la vida en nuestro planeta y cómo este fenómeno puede haber influido en su evolución a lo largo del tiempo. La investigación continúa, y los científicos están ansiosos por desentrañar más misterios relacionados con la atmósfera y su dinámica en un universo en constante cambio.

Fuente: Infobae
Foto: Tribuno Abierta

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