11/11/24 – 16:35 P.M
El nuevo desafío migratorio: la ruta marítima hacia Costa Rica
En 2023, el tapón del Darién vivió su peor crisis migratoria con más de 500.000 personas cruzando la peligrosa selva para llegar a Panamá y continuar hacia Estados Unidos. Los gobiernos de Panamá, Colombia y Estados Unidos implementaron diversas medidas para mitigar este flujo, como el cierre de puntos de acceso, el aumento de la presencia militar en la zona y la repatriación de migrantes a través de vuelos humanitarios. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos, los migrantes continúan encontrando maneras de sortear las restricciones, y ahora han comenzado a optar por una nueva ruta alternativa.
El temor al Darién y la creciente presencia de autoridades en Panamá
El miedo a cruzar el Darién ha crecido entre los migrantes, no solo debido a la violencia y los riesgos naturales, sino también por la creciente vigilancia en la entrada a Panamá. Ante esta situación, ha ganado popularidad una nueva ruta marítima en la que los migrantes contratan a lancheros para cruzar desde el Chocó, Colombia, hasta Costa Rica. Este cambio de ruta recurrir refleja cómo la dificultad de atravesar la selva ha obligado a muchos a opciones igualmente peligrosas, pero menos controladas por las autoridades.
El rol de los lancheros y el costo de la travesía
Los migrantes que optan por esta vía marítima pagana entre 2.000 y 3.000 dólares por persona a lancheros que los trasladan a través del mar, un servicio que pone en riesgo sus vidas debido a las condiciones inadecuadas de los botes. A pesar del peligro, algunos migrantes prefieren esta opción porque les permite evitar el control de las autoridades panameñas y llegar a Costa Rica sin tener que pasar por el Darién, donde los informes sobre muertes y desapariciones son comunes.
El impacto de las políticas migratorias de Panamá
Las nuevas políticas migratorias implementadas en 2024 por el presidente de Panamá, José Raúl Mulino, han intensificado el control en la región del Darién, lo que ha llevado a un aumento en la presencia de grupos armados colombianos. Estos grupos, que operan en la zona, ofrecen ayuda a los migrantes a cambio de un precio, lo que refleja la creciente influencia de las organizaciones criminales en el flujo migratorio. Además, la activista Eunice Rendón Cárdenas señaló que las políticas del presidente panameño han facilitado la expansión de estos grupos, quienes se benefician del aumento de la migración ilegal.
La postura internacional y el impacto humano de las restricciones.
El Centro de Dignificación Humana, a través de su vocero Luis García Villagrán, ha criticado duramente las políticas de contención de la migración en el Darién, argumentando que las restricciones solo empeoran la situación y conducen a más muertes. Según García, las personas que buscan llegar a Estados Unidos seguirán encontrando maneras de hacerlo, a menudo a través de métodos arriesgados y sin garantías de seguridad. La falta de acuerdos internacionales para resolver la crisis migratoria y la falta de un enfoque integral han exacerbado la situación en la región.
La migración no cesa, pero cambia de rutas
Aunque el control en el Darién ha reducido el paso de migrantes, las políticas de seguridad más estrictas solo han logrado desplazar la crisis hacia otras rutas igualmente peligrosas. La migración hacia Estados Unidos no muestra signos de detenerse, y mientras las medidas en el Darién dificultan el cruce, los migrantes siguen buscando alternativas, muchas de las cuales implican enormes riesgos.
Fuente: Infobae
Foto: Tribuna Abierta