Las mezquitas de Nueva York están enfrentando un desafío sin precedentes mientras se esfuerzan por atender a una afluencia creciente de inmigrantes musulmanes durante el mes sagrado del Ramadán. Desde Harlem hasta el norte del Bronx, estas instituciones religiosas están abriendo sus puertas para ofrecer iftar, el tradicional final islámico de la comida rápida, y refugio a cientos de personas necesitadas todas las noches. Con la llegada de un número cada vez mayor de solicitantes de asilo, especialmente de países africanos de mayoría musulmana como Senegal, Guinea y Mauritania, las mezquitas se han convertido en centros diurnos donde los recién llegados pueden encontrar descanso y apoyo. Sin embargo, el desafío es grande, y muchos líderes religiosos están intensificando sus llamamientos a la comunidad para obtener donaciones de dinero, alimentos y suministros básicos. La situación destaca la solidaridad comunitaria y la necesidad de apoyo continuo para enfrentar esta crisis humanitaria en la ciudad de Nueva York.