El secretario de Estado, Marco Rubio, ha confirmado la cancelación oficial del 83% de los programas de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) tras una revisión de seis semanas. Esta decisión afecta a aproximadamente 5,200 contratos que, según Rubio, gastaron decenas de millas de millones de dólares de manera que no favorecieron, e incluso perjudicaron, los intereses nacionales fundamentales de Estados Unidos.
Contexto de la decisión
La revisión de los programas de USAID fue parte de una iniciativa más amplia de la administración Trump, que comenzó con una orden ejecutiva emitida el 20 de enero. Esta orden buscaba congelar la financiación de la ayuda exterior y revisar todos los programas de ayuda y desarrollo en el extranjero, en un esfuerzo por eliminar lo que el presidente Trump consideraba un desperdicio de recursos públicos [1] [3] .
Rubio, en su anuncio realizado a través de su cuenta en X, destacó que el 18% restante de los programas, que equivale a aproximadamente 1,000, serán administrados de manera más eficaz bajo el Departamento de Estado. Esta reestructuración busca maximizar la eficiencia y alinear las operaciones con los intereses nacionales de Estados Unidos [2] [3] .
Reacciones y consecuencias
La decisión ha generado una fuerte reacción en la comunidad de ayuda humanitaria. Funcionarios de USAID han expresado su preocupación por las implicaciones de estas cancelaciones, que podrían resultar en un aumento de enfermedades y muertes en diversas regiones del mundo. Un informe interno de un alto funcionario de USAID advirtió que la interrupción de programas vitales podría llevar a un incremento significativo en la mortalidad infantil y la propagación de enfermedades como la malaria y la tuberculosis [2] .
Además, la medida ha sido criticada por legisladores demócratas y otros grupos que argumentan que el cierre de estos programas financiados por el Congreso es ilegal y requiere la aprobación del mismo [3] .
Agradecimientos y Futuro de la USAID
Rubio también agradeció al Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), liderado por Elon Musk, por su papel en la implementación de estas reformas. Según Rubio, el personal del DOGE y de USAID trabajó incansablemente para lograr esta «reforma histórica y tan esperada» [1] [2] .
La USAID ha sido habitualmente un pilar de la política exterior de Estados Unidos, promoviendo la estabilidad y el desarrollo en regiones vulnerables. La reestructuración actual marca un cambio drástico en la forma en que Estados Unidos aborda la ayuda internacional, lo que podría tener repercusiones a largo plazo en su influencia global y en la seguridad nacional [3] .
La cancelación del 83% de los programas de USAID representa un cambio significativo en la política de ayuda exterior de Estados Unidos. Mientras la administración busca una mayor eficiencia y alineación con los intereses nacionales, las consecuencias de estas decisiones podrían ser devastadoras para millones de personas que dependen de la asistencia humanitaria.
Fuentes: