La Generación Z, compuesta por jóvenes nacidos entre mediados de la década de 1990 y principios de 2010, está enfrentando una dura realidad en el mercado laboral. Un reciente estudio revela que uno de cada diez jóvenes ha rechazado ofertas de trabajo debido a la incapacidad de costear uniformes y transporte. Esta situación pone de relieve una problemática económica que afecta su bienestar y salud mental.
Resultados de la encuesta
Según una encuesta realizada por el Prince’s Trust en el Reino Unido, el 49% de los jóvenes encuestados considera que el coste de la vida ha empeorado drásticamente en los últimos años. Este aumento en el coste de la vida ha llevado a que el 21% de ellos se haya visto obligado a saltarse comidas para ahorrar dinero.
Problemas de transporte
El estudio señala que un 5% de los jóvenes no puede permitirse el transporte para acudir a su trabajo o estudios. Este porcentaje asciende al 9% entre aquellos que provienen de familias con menos recursos económicos. La incapacidad de cubrir estos gastos esenciales está obligando a muchos a rechazar trabajos para los que habían sido seleccionados.
Impacto en la salud mental
La situación económica también tiene un impacto significativo en la salud mental de la Generación Z. Aunque el 62% de los jóvenes considera que tener un trabajo podría ser una solución a sus problemas económicos, la falta de empleo ha llevado al 40% de ellos a reconocer que enfrentan problemas de salud mental. Además, el 21% indica que su situación ha empeorado en el último año.
Diferencias de género
Las mujeres jóvenes de la Generación Z son las más afectadas por esta crisis. El 45% se siente desesperanzada respecto a su futuro, en comparación con el 35% de los hombres. Además, el 70% de las mujeres jóvenes se siente estresada diariamente por su situación, frente al 54% de sus contrapartes masculinos.
La Generación Z se encuentra en una encrucijada económica que limita sus oportunidades laborales y afecta su bienestar general. La incapacidad para costear gastos esenciales como el transporte y los uniformes, junto con el impacto negativo en la salud mental, subraya la urgente necesidad de abordar estas cuestiones en la sociedad actual.