La Corte Suprema de Estados Unidos ha rechazado una demanda que buscaba bloquear el uso de la píldora abortiva que contiene mifepristona. Esta decisión ratifica la legalidad de la mifepristona y su disponibilidad, manteniéndose así el acceso a esta opción para la interrupción del embarazo.

El caso llegó a la Corte Suprema después de que un juez de distrito en Texas invalidara la aprobación de la FDA para la mifepristona en 2023. Inicialmente, la Corte Suprema había suspendido el fallo del juez, pero la controversia continuó en el Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito, que mantuvo parcialmente la invalidación.

La decisión de la Corte Suprema, escrita por el juez Brett Kavanaugh y acompañada por el juez Clarence Thomas, no se centró en la seguridad o eficacia del medicamento, sino en el proceso judicial. La Corte determinó que los demandantes carecían de legitimación para desafiar la decisión de la FDA, destacando la importancia de la separación de poderes y la limitación de la jurisdicción de los tribunales federales a casos y controversias reales.

Desde su aprobación inicial en el año 2000, la FDA ha ajustado las restricciones sobre la mifepristona, ampliando su uso y reduciendo las exigencias de visitas médicas en persona. Estas modificaciones han sido respaldadas por estudios que confirman la seguridad y eficacia del medicamento, pero han sido objeto de impugnaciones legales por parte de grupos provida.

La decisión de la Corte Suprema de mantener la legalidad de la mifepristona refleja la complejidad del debate sobre el aborto en Estados Unidos. Mientras que la opinión pública mayoritariamente apoya el acceso al aborto, la politización del poder judicial y la medicina sigue siendo un tema crítico. Este fallo refuerza la autoridad de la FDA en la regulación de medicamentos y subraya la importancia de la separación de poderes en el sistema judicial estadounidense.