Recientemente, un grupo de líderes religiosos y comunitarios en Puerto Rico ha alzado la voz para exigir un trato más humano hacia los migrantes que viven en la isla. En un contexto de creciente preocupación por las políticas migratorias, la solicitud de «misericordia» se convierte en un clamor urgente.
La llamada a la acción
El arzobispo de San Juan, Roberto González, describe la situación actual como un «drama humano» que afecta a muchas familias en la isla. Durante una intervención en la calle, el sacerdote Olin Pierre pidió que se conceda una amnistía a aquellos migrantes que llevan entre 15 y 20 años en Puerto Rico, destacando que muchos de ellos «pagan todo, se portan bien y viven bien».
La respuesta de la Iglesia
La Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico (IEUPR) ha declarado ser un santuario para migrantes, ofreciendo refugio y asistencia a quienes lo necesiten. Su pastor general, Edward Rivera Santiago, enfatiza la importancia de acompañar a las personas vulnerables, brindando apoyo con alimentos, medicamentos y orientación legal. Aunque aún no han recibido migrantes en busca de refugio, han notado un aumento en las consultas sobre procesos legales.
Servicios de Orientación y Refugio
Las comunidades religiosas están organizándose para ofrecer servicios de orientación y refugio. La Iglesia Bautista de Puerto Rico también ha instalado a sus congregaciones a desarrollar protocolos que respetan los derechos de los migrantes. Edgardo Caraballo, ministro ejecutivo de la iglesia, se preocupa por la posibilidad de intervenciones por parte de agencias gubernamentales durante los servicios religiosos.
La Separación de Iglesia y Estado
Caraballo ha subrayado la necesidad de respetar la separación de iglesia y estado, así como la libertad de culto garantizada por la Constitución. En este sentido, se están llevando a cabo capacitaciones para que las iglesias sepan cómo actuar ante posibles intervenciones de agencias de inmigración.
Un llamado a la misericordia
La exigencia de amnistía se ha convertido en un punto focal en esta lucha. Pierre y otros líderes comunitarios están instalando a la gobernadora Jenniffer González y al ex presidente Donald Trump a considerar la situación de aquellos migrantes que han contribuido a la sociedad puertorriqueña durante años.
El llamado a la misericordia y la acción solidaria hacia la comunidad migrante es más relevante que nunca. La colaboración entre las iglesias y la comunidad es fundamental para enfrentar los desafíos que enfrentan estas poblaciones vulnerables.
Fuente: elVocero
Foto: Tribuna Abierta