24/09/24 – 20.15 P.M
Aumento de la Tensión entre Estados Unidos y China
Estados Unidos está elevando su confrontación con China al prohibir la venta de todos los vehículos que utilicen piezas o software de origen chino. Esta decisión, basada en preocupaciones de seguridad nacional—un argumento que ya ha sido utilizado en otros sectores como inteligencia artificial, semiconductores y chips—ha sido solicitada por la administración de Joe Biden a través del Departamento de Comercio. La normativa busca prohibir todo coche conectado a Internet que contenga tecnología china, abriendo un periodo de 30 días para que se presenten reclamaciones antes de que se redacte la norma final.
Detalles de la Prohibición y Plazos de Implementación
El artículo de The New York Times indica que la prohibición entrará en vigor en 2027 en lo que respecta al software, y en enero de 2029 o 2030 para el hardware. Asimismo, se contempla un boicot a las empresas rusas con la aplicación de esta misma norma. La medida ha sido motivada por alertas de un grupo de parlamentarios que advierten sobre la posibilidad de que los fabricantes chinos estén recopilando datos confidenciales mientras prueban su tecnología de vehículos autónomos en Estados Unidos.
La prohibición también se extenderá a todo el software y hardware producido en China, independientemente de si el fabricante es occidental. Los propios fabricantes han solicitado un periodo de adaptación a la Administración para cumplir con las nuevas normativas.
Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, ha expresado que, dado que hay potencialmente millones de vehículos en circulación, cada uno con una vida útil de entre 10 y 15 años, el riesgo de interrupciones y sabotajes aumenta drásticamente. Ha enfatizado que una potencia extranjera podría llegar a controlar todos los coches vendidos de manera remota, lo que podría resultar en accidentes masivos o en el bloqueo de vehículos, tal como se señala en un artículo del Financial Times.
Desafíos para la Industria Automotriz
A pesar de que la presencia de vehículos chinos en Estados Unidos es casi nula, la incertidumbre persiste sobre el futuro de gigantes como BYD, que se rumorea están considerando inversiones en México para fabricar sus vehículos y usar el tratado comercial entre ambos países como una estrategia para acceder al mercado estadounidense. Si la nueva norma se lleva a cabo, Estados Unidos cerraría la puerta a la venta de cualquier coche con software chino en su interior en solo dos años. Sin embargo, el verdadero desafío radica en la prohibición del uso de cualquier tipo de hardware chino en los vehículos.
Los componentes chinos están integrados en muchos aspectos de la cadena de suministro del coche eléctrico, incluyendo baterías, celdas y semiconductores, lo que plantea dudas sobre la capacidad de la industria para cumplir con esta nueva normativa.
En este contexto, la normativa podría permitir a los fabricantes demostrar mediante auditorías que los proveedores de hardware chino no están involucrados en prácticas ilegales de recopilación de datos, aunque, según el Financial Times, esta situación sería extremadamente excepcional.
Fuente: Alberto de la Torre en XATAKA
Foto: Tribuna Abierta