El sistema universitario del Reino Unido enfrenta serias críticas tras revelaciones sobre la admisión de estudiantes internacionales con un nivel de inglés insuficiente, motivado por el cobro de cuotas académicas exorbitantes. Esta situación ha puesto en entredicho la calidad educativa y los criterios de admisión en varias instituciones.

Yasmin (nombre ficticio), una estudiante proveniente de Irán, relató a la BBC que quedó «sorprendida» al descubrir que muchos de sus compañeros de máster en finanzas internacionales tenían un dominio limitado del inglés. Además, afirmó que “la mayoría pagaba a otras personas para realizar sus tareas académicas o registrar su asistencia”.

El Sindicato de Universidades y Colegios (UCU) ha denunciado que algunas instituciones pasan por alto las competencias lingüísticas para beneficiarse de las altas cuotas que abonan los estudiantes extranjeros. Un profesor del Grupo Russell, que prefirió mantenerse en el anonimato, confirmó que un 70% de sus estudiantes recientes de máster tenían un nivel de inglés inadecuado.

Cuotas y dependencia financiera

Mientras las tarifas de matrícula para estudiantes nacionales en Inglaterra están limitadas a 9.250 libras esterlinas anuales (US$11.700), las universidades no tienen restricciones para cobrar a estudiantes internacionales. Un máster en una universidad élite puede llegar a costar hasta 50.000 libras (US$63.300). Rose Stephenson, del Higher Education Policy Institute, advirtió que los estudiantes internacionales están, en efecto, subsidiando las tarifas congeladas de los estudiantes nacionales.

La creciente dependencia de este tipo de ingresos ha llevado a algunas universidades a relajar sus controles de admisión. Según Jo Grady, líder del UCU, “es un secreto a voces que estudiantes sin conocimientos adecuados encuentran maneras de acceder a los cursos”. Agregó que, pese a las advertencias de docentes sobre los problemas académicos que esto genera, “los administradores universitarios priorizan los ingresos”.

Prácticas cuestionables y denuncias

Un denunciante que trabajó para Study Group, una empresa intermediaria entre universidades y estudiantes, reveló que se prioriza captar a familias extranjeras adineradas sin escrutinio riguroso sobre las calificaciones. “Es el Salvaje Oeste”, afirmó, en referencia a la falta de controles independientes.

Study Group, que colabora con más de 50 universidades, rechazó las acusaciones y aseguró que las decisiones de admisión corresponden a las universidades. Además, afirmó que sus cursos son examinados rigurosamente.

Sin embargo, según Yasmin, las irregularidades son evidentes: en módulos de 100 estudiantes, “quizás 80 o 90 compraban tareas en fábricas de ensayos”. La estudiante denunció la situación a su tutor, quien no tomó medidas, dejando a Yasmin con la sensación de que su título se ha “devaluado”.

Crisis financiera en universidades

La Oficina de Estudiantes (OfS) del gobierno británico alertó que el 72% de las universidades podrían gastar más de lo que ingresan para el periodo 2025-26, exacerbando una crisis financiera ya en marcha. Además, la reducción del 16% en las solicitudes de visas estudiantiles durante la primera mitad del año ha agravado la situación.

Ante las críticas, Vivienne Stern, directora ejecutiva de Universities UK, defendió que las universidades aplican estrictos controles sobre los niveles lingüísticos de los estudiantes extranjeros, pero reconoció que depender de estos ingresos es una estrategia riesgosa.

Mientras el gobierno británico promete gestionar cuidadosamente la migración y las universidades buscan reinventar sus modelos financieros, la credibilidad del sistema de educación superior británico queda bajo la lupa.

Fuente: Paul Kenyon y Fergus Hewison en BBC

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