26/06/24 – 8:25 A.M
El jueves pasado, el papa Francisco lanzó una advertencia urgente a la comunidad científica, instándola a enfocarse en el bienestar de la humanidad en lugar de contribuir a su daño o destrucción. Esta declaración se produjo durante una audiencia con los asistentes a una conferencia organizada por la Specola Vaticana, el observatorio astronómico de la Santa Sede, ubicado en la Ciudad del Vaticano.
El papa Francisco destacó la importancia de mantener una relación armoniosa entre la ciencia y la fe, mencionando al sacerdote y astrónomo George Lemaître, quien defendía que la ciencia y la fe son caminos diferentes pero paralelos, sin conflicto entre ellos. Lemaître, conocido por su teoría del Big Bang, sostenía que estos dos caminos pueden coexistir en armonía porque ambos derivan de la misma verdad absoluta de Dios. Según el papa, esta perspectiva lleva a los creyentes a reconocer que la creación y el Big Bang son realidades distintas, pero no incompatibles.
Durante su discurso, el papa Francisco subrayó la necesidad de que la ciencia se desarrolle de manera que no solo evite causar daño, sino que también contribuya positivamente al bienestar de la humanidad. En sus palabras, “la ciencia debe ayudar a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, evitando perjudicarlos o incluso contribuir a su destrucción”. Este llamado es especialmente relevante en un momento en que los avances científicos y tecnológicos pueden tener consecuencias tanto beneficiosas como perjudiciales para la sociedad.
El papa también instó a los participantes de la conferencia a continuar explorando y discutiendo la relación entre la ciencia y la fe. Los animó a aventurarse en los límites del conocimiento humano, ya que es en estos márgenes donde se puede experimentar el amor de Dios y satisfacer las necesidades espirituales del corazón. En su mensaje final, el pontífice expresó su deseo de que estos debates no solo fortalezcan la comprensión mutua entre la ciencia y la fe, sino que también contribuyan a un mundo mejor y más compasivo.
En resumen, el papa Francisco abogó por una ciencia que se alinee con los principios éticos y espirituales, subrayando que ambos campos, aunque distintos, pueden y deben trabajar juntos para el bien común. Su llamado resuena en un momento crítico, recordándonos la responsabilidad compartida de construir un futuro que proteja y enriquezca la vida humana en todas sus formas.
Fuente: El Cronista
Foto: Unsplash-Wikipedia