8/11/24 – 16:00 P.M
Aprovechando un hueco en la ley de vivienda
Mickey Barreto, un residente de Nueva York, encontró una manera de vivir sin pagar en el prestigioso New Yorker Hotel durante cinco años. Utilizó una ley local de vivienda que permite a los inquilinos de edificios construidos antes de 1969 solicitar un contrato de arrendamiento indefinido. Barreto, con ayuda de su pareja, descubrió esta laguna legal y la utilizó para permanecer en una habitación del hotel sin pagar alquiler.
Batalla legal por la habitación
Cuando Barreto fue desalojado del hotel en un intento inicial de los propietarios por recuperar la habitación, acudió a los tribunales de la Corte Suprema estatal. Su caso prosperó debido a la ausencia de los abogados del hotel en una audiencia, lo que le permitió obtener una llave para acceder nuevamente a la habitación 2565, en la que vivió de forma gratuita hasta julio de 2023. Durante ese tiempo, los propietarios intentaron llegar a un acuerdo de arrendamiento con él, aunque sin éxito, ya que la ley le brindará ventajas.
Un plan arriesgado que terminó en arresto
A principios de 2024, la estrategia de Barreto llegó a su fin. Fue arrestado en febrero y enfrentó 24 cargos, incluyendo 14 acusaciones de fraude por falsificación de documentos. Este proceso de judicialización reveló las tácticas que había empleado para evitar el pago del alojamiento, y el hombre fue llevado a los tribunales para enfrentar su presunto fraude, el cual también incluía intentos de hacerse con el control de la propiedad y cobrar a otros habitantes.
Aunque Barreto se declaró inocente de los cargos, el proceso se complicó cuando los tribunales lo sometieron a una evaluación psiquiátrica obligatoria para determinar su estado mental. Según la evaluación realizada por dos especialistas, Barreto no estaba mentalmente capacitado para someterse a un juicio, dado que no comprendía completamente el proceso legal en su contra. Esto llevó a la decisión de que debía recibir tratamiento ambulatorio para problemas de salud mental y abuso de sustancias.
Cuestionamiento a las motivaciones del caso
Desde su arresto, Barreto ha sostenido que las autoridades intentaron hospitalizarlo debido a la falta de pruebas contundentes para respaldar el caso. En una entrevista reciente, argumentó que no tenía problemas de adicción y rechazó las acusaciones, asegurando: “No estoy loco”. Este argumento lo ha mantenido en una postura de resistencia, considerando que su caso fue manipulado para evitar la confrontación judicial.
Descontento judicial por el ritmo de tratamiento
La jueza encargada del caso, Cori H. Weston, mostró insatisfacción ante el progreso lento en el tratamiento de Barreto. A pesar de ello, accedió a que el acusado buscara tratamiento médico especializado de forma privada, siempre y cuando lo hiciera antes de la próxima audiencia programada para el 13 de noviembre. El abogado de Barreto tiene la intención de solicitar la admisión de su cliente en el Addiction Institute of Mount Sinai West, centro de rehabilitación en Nueva York.
Una defensa que enfatiza las fallas del sistema
El abogado de Barreto, Brian Hutchinson, ha defendido a su cliente afirmando que su incapacidad para comprender el proceso penal se debe a problemas de salud mental derivados de abuso de sustancias. Esta línea de defensa sostiene que es imposible continuar el caso hasta que Barreto reciba el tratamiento adecuado, argumentando que las acusaciones de fraude no se sostienen sin un diagnóstico mental claro.
Percepción pública y consecuencias legales
El caso de Barreto ha generado un debate público sobre las lagunas en la ley de vivienda de Nueva York y el sistema de justicia. Mientras los fiscales insisten en llevar el caso adelante, la situación de salud mental del acusado y su aparente falta de recursos para defenderse han complicado el proceso. Por otro lado, las maniobras legales de Barreto para evitar pagar alquiler revelan cómo algunos individuos explotan vacíos legales en el sistema.
Dudas sobre la resolución del caso
A medida que se acerca la fecha de la próxima audiencia, la capacidad de Barreto para conseguir una admisión en un centro especializado es incierta, y sus defensores temen que el proceso se vea aún más retrasado. En última instancia, su caso podría sentar un precedente importante en el uso de lagunas legales en las leyes de vivienda, así como en el tratamiento de acusados con problemas de salud mental.
El costo social de los vacíos legales
Este caso también ha puesto de aliviar los desafíos que enfrentan tanto los propietarios como el sistema de justicia para resolver disputas en torno a derechos de vivienda. La historia de Barreto ha dejado preguntas sobre la efectividad de las regulaciones actuales y sobre cómo mejorar el sistema legal para evitar que individuos utilicen de forma cuestionable las protecciones de vivienda.
Fuente: Infobae
Foto: Tibuna Abierta