¿Quién hubiera pensado que en la humilde cáscara de una mandarina se escondieran tantos beneficios para nuestra salud? Esta parte de la fruta, a menudo desechada, es una verdadera mina de nutrientes y compuestos beneficiosos. Uno de los usos más populares de la cáscara de mandarina es la preparación de infusiones, las cuales, según la tradición popular, pueden favorecer un sueño reparador.
Aunque aún no existen estudios científicos concluyentes que demuestren que el té de cáscara de mandarina induzca el sueño de forma inmediata, sí es cierto que esta bebida posee propiedades que pueden contribuir a un descanso más placentero. El aroma cítrico de la mandarina tiene un efecto relajante en el sistema nervioso, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad, dos factores que comúnmente dificultan el sueño. Además, la presencia de antioxidantes en la cáscara contribuye a combatir el estrés oxidativo, lo que favorece un sueño más profundo y reparador.