La memoria infantil ha sido un enigma durante mucho tiempo. Recientes investigaciones de la Universidad de Yale han desafiado la creencia común de que los bebés no pueden recordar sus primeros años debido a la inmadurez de su cerebro. Este estudio, publicado en Science Current Biology, sugiere que los bebés son capaces de formar recuerdos mucho antes de lo que se pensaba, aunque estos recuerdos pueden quedar inaccesibles a medida que crecen.
La Investigación: Un Enfoque Innovador
Los científicos diseñaron un experimento visual donde los bebés observaban pares de imágenes, una de las cuales se repetía. Se midió el tiempo que los bebés dedicaban a mirar la imagen conocida en comparación con la nueva. Este método permitió a los investigadores sortear la barrera del lenguaje y se observó actividad en las regiones del cerebro vinculadas a la memoria episódica.
Nick Turk-Browne, el autor principal del estudio, explicó: “Cuando los bebés ven algo que ya han visto antes, esperamos que lo miren más tiempo”. Esto indica que los bebés poseen una capacidad innata para reconocer y recordar experiencias.
Amnesia Infantil: Un Fenómeno Curioso
El hallazgo más intrigante del estudio radica en la condición conocida como amnesia infantil. Aunque los bebés pueden formar recuerdos, estos parecen volverse inaccesibles con el tiempo. Turk-Browne sugiere que este fenómeno podría no ser un fracaso en el almacenamiento de recuerdos, sino más bien un problema de recuperación.
“Estamos comenzando a contemplar la posibilidad, casi de ciencia ficción, de que esos recuerdos sigan existiendo de alguna forma en la adultez, aunque sean inaccesibles”, afirmó Turk-Browne. Esta línea de investigación abre nuevas puertas para entender cómo funciona la memoria y el olvido.
Challenging assumptions about infant memory, a novel fMRI study shows that babies as young as 12 months old can encode memories, researchers report in Science.
— Science Magazine (@ScienceMagazine) March 26, 2025
The findings suggest that infantile amnesia—the inability to remember our first few years of life—is more likely caused… pic.twitter.com/fM8x1L0uua
Implicaciones del Estudio
Los resultados de este estudio tienen importantes implicaciones para el campo de la psicología y la neurociencia. Comprender cómo se forman y se pierden los recuerdos en los primeros años de vida podría ayudar a desarrollar estrategias para mejorar la memoria en la infancia y, potencialmente, en la vida adulta.
Además, el estudio plantea preguntas sobre el desarrollo cognitivo y emocional de los niños. Si los recuerdos de la infancia pueden persistir de alguna manera, esto podría influir en la forma en que entienden y procesan sus experiencias a lo largo de la vida.
El Futuro de la Investigación en Memoria
Los próximos pasos del equipo de Yale incluirán investigar si las huellas de estos recuerdos sobreviven hasta la adultez. Con una muestra de 26 bebés de entre seis y 24 meses, los investigadores han abierto un campo de estudio que podría redefinir nuestra comprensión de la memoria humana.
El estudio realizado en la Universidad de Yale representa un avance significativo en la comprensión de la memoria infantil. Si bien los recuerdos pueden no ser accesibles, la evidencia sugiere que su formación ocurre antes de lo que se creía. Este hallazgo no solo desafía conceptos antiguos sobre la memoria, sino que también invita a nuevos enfoques en la investigación psicológica y neurocientífica.