En 2016, durante la remodelación de la histórica vivienda Gloucester High en Stockton-on-Tees, Jeff Highfield hizo un descubrimiento sorprendente: una red de pequeñas casas y túneles secretos bajo la ciudad. Estos espacios, con más de 250 años de antigüedad, se extendían a lo largo de la High Street y posiblemente hasta el río, conectando diferentes áreas de la ciudad.

Las casas subterráneas, con marcos de ventanas de madera, puertas sólidas y estantes, sugieren un propósito habitacional. Jeff Highfield, quien lideró la remodelación, se puso en contacto con historiadores locales para comprender mejor el propósito original de esta red. Según Jeff, estos túneles podrían haber servido para facilitar el contrabando, ya que se dirigen hacia y desde el río.

Sin embargo, algunos residentes sugieren que estos túneles eran simplemente sótanos utilizados para almacenar alimentos, debido a sus dimensiones reducidas. Aunque el propósito exacto de la red subterránea sigue siendo objeto de debate, este descubrimiento arroja luz sobre la historia oculta de Stockton-on-Tees y su pasado como una ciudad comercial y centro industrial.