20/08/24 – 19:25 P.M
Con una fortuna de US$3.200 millones, Nicolas Berggruen, fundador y presidente de Berggruen Holdings, decidió desprenderse de todas sus propiedades y vivir sin un hogar fijo, movido por la sensación de sentirse «poseído por sus posesiones».
A los 40 años, Berggruen vendió su lujoso departamento en Manhattan y su mansión en Miami, renunciando a tener casa propia, auto, e incluso un reloj. Desde entonces, se convirtió en un auténtico ciudadano global, hospedándose en hoteles de lujo alrededor del mundo, ganándose el apodo de «el millonario homeless».
La historia de Berggruen es única. A pesar de heredar una valiosa colección de arte de su padre, un reconocido coleccionista y amigo de Picasso, decidió venderla junto con otras propiedades, buscando desligarse de lo material.
Aunque comenzó su carrera invirtiendo en bienes raíces y fondos, su enfoque cambió hacia empresas en crisis y proyectos filantrópicos. En 2010, salvó al grupo de medios español Prisa, marcando el inicio de su interés por la industria de los medios, seguido luego por magnates como Jeff Bezos y Carlos Slim.
Actualmente, Berggruen tiene un nuevo objetivo: salvar la democracia, especialmente en Europa. Para ello, fundó el ‘Consejo para el Futuro de Europa’ y el Nicolas Berggruen Institute, reuniendo a exlíderes mundiales y académicos para estudiar los modelos de gobierno más eficientes.
Además, es parte de la iniciativa Giving Pledges, junto a figuras como Bill Gates y Warren Buffet, comprometiéndose a donar gran parte de su fortuna a causas benéficas. Berggruen ha manifestado su intención de legar toda su riqueza a obras de caridad y su colección de arte a museos tras su muerte.
Fuente: ámbito
Foto: Wikimedia Commons