Las elecciones presidenciales en Venezuela culminaron en una disputa, con el presidente Nicolás Maduro y sus opositores políticos reclamando la victoria, mientras Estados Unidos y varios países de la región manifestaron escepticismo sobre los resultados oficiales que otorgaron la victoria al líder chavista.
Con el 80% de los votos contados, el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció que Maduro obtuvo más del 51% de los votos, superando al candidato de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), Edmundo González Urrutia, quien alcanzó más del 44%.
Sin embargo, la oposición presentó una perspectiva muy diferente de los resultados. La líder opositora María Corina Machado afirmó en una conferencia de prensa que sus propios registros mostraban que González Urrutia había recibido el 70% de los votos frente al 30% de Maduro.
«Ganamos, y todos lo saben», declaró Machado, añadiendo que la oposición «defenderá la verdad». González, presente en la conferencia, alegó que se violaron reglas durante la elección.
Si Maduro asume el cargo, será su tercer mandato consecutivo de seis años, representando la continuidad del «Chavismo» en el poder desde 1999 con el expresidente Hugo Chávez. Maduro ha estado en el poder desde la muerte de Chávez en 2013.
Las elecciones se realizaron en un momento crucial para Venezuela, una nación rica en petróleo que ha experimentado la peor crisis económica en tiempos de paz en la historia reciente. Maduro ha culpado a las sanciones extranjeras contra su régimen, afirmando que Venezuela es víctima de una «guerra económica». Mientras tanto, la oposición, que se ha revitalizado en este ciclo electoral, prometió restaurar la democracia y reconstruir la economía del país si ganaban
.A lo largo del proceso electoral, surgieron preocupaciones sobre la equidad del concurso, dado que el gobierno de Maduro controla todas las instituciones públicas en Venezuela, incluido el Tribunal Supremo, que podría ser el árbitro final en cualquier reclamo de fraude electoral. El gobierno también ha sido acusado de manipular votos en el pasado, acusaciones que ha negado.
Lágrimas y celebraciones
Los votantes acudieron en masa, con muchos diciendo que abandonarían el país si Maduro ganaba, señalando la represión violenta y el colapso económico bajo su gobierno. Tras el anuncio de los resultados, Maduro describió la victoria como un «triunfo de la paz, la estabilidad, los ideales republicanos y las ideas de igualdad».
«Ellos no pudieron superar las sanciones, no pudieron superar las agresiones, las amenazas, no pudieron ahora ni podrán nunca superar la dignidad del pueblo de Venezuela», dijo Maduro en su discurso público, refiriéndose a sus oponentes políticos. Los resultados anunciados por las autoridades electorales fueron recibidos con emociones mixtas en la capital, Caracas, con partidarios de Maduro celebrando y oponentes llorando y abrazándose en las calles.
Preocupaciones serias
Después del anuncio de la victoria de Maduro, el secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, expresó «serias preocupaciones de que el resultado anunciado no refleja la voluntad ni los votos del pueblo venezolano». Añadió que era «crítico» que los votos se contaran de manera justa y transparente, y pidió al CNE que publicara sus tabulaciones de votos.
Las acusaciones de la oposición pueden sembrar dudas sobre el regreso de Venezuela al escenario internacional después de que Maduro prometiera el año pasado celebrar elecciones libres y justas en conversaciones mediadas por EE.UU., a cambio de alivio de sanciones. Los resultados también fueron recibidos con reacciones mixtas en toda la región, con varios presidentes latinoamericanos denunciando o poniendo en duda los resultados, mientras que algunos socios de Venezuela felicitaron a Maduro por su victoria.
Fuente: CNN