Una especie invasora de cangrejos peludos está causando preocupación entre los pescadores y las autoridades de Nueva York. Estos crustáceos, conocidos por sus garras que parecen mitones, están dañando equipos de pesca y amenazando la estabilidad de los ecosistemas locales al excavar en las orillas de los ríos, lo que aumenta el riesgo de inundaciones.

Detectados por primera vez en Nueva York en mayo de 2007, los cangrejos peludos se han extendido a varias masas de agua importantes, incluyendo el río Hudson, el Long Island Sound y el río Nissequogue. Originarios del este de Asia, estos cangrejos pueden moverse entre aguas salobres y marinas, lo que les permite competir eficazmente con la fauna marina nativa, interrumpiendo los ecosistemas locales. Además, su capacidad de excavar en las orillas de los ríos causa inestabilidad y erosión, aumentando el riesgo de inundaciones.
El Departamento de Conservación Ambiental de Nueva York ha advertido sobre los múltiples problemas que estos cangrejos pueden causar, como dañar el equipo de pesca y obstruir los sistemas de refrigeración de las plantas de energía. Han instado a los ciudadanos a no devolverlos al agua vivos, sino a eliminarlos y congelarlos, y a reportar cualquier avistamiento a la Oficina de Especies Invasoras y Salud de Ecosistemas.

El impacto total de los cangrejos peludos en Nueva York aún se desconoce, pero experiencias previas en Europa y San Francisco indican consecuencias negativas tanto ecológicas como económicas. Las autoridades y los ciudadanos deben colaborar para controlar la propagación de estos cangrejos y proteger los ecosistemas locales. Este problema se suma a otras amenazas recientes de especies invasoras, como las arañas Joro, destacando la necesidad de vigilancia constante y medidas efectivas para preservar la biodiversidad y la estabilidad ambiental.