Expertos en seguridad advierten que el riesgo de un gran ataque terrorista en suelo estadounidense, especialmente en ciudades como Nueva York y Washington, DC, es extremadamente alto. A pesar de los esfuerzos por reforzar la seguridad en aeropuertos desde los ataques del 11 de septiembre, cambios globales como la tecnología más accesible y una conectividad en internet ampliada han transformado el panorama de amenazas.

«Estamos en un período en el que varios factores convergen para hacer mucho más probable un ataque terrorista en el país», dijo Paul Mauro, un ex inspector retirado del NYPD con amplia experiencia en contraterrorismo.

Mauro subrayó que las amenazas podrían provenir de zonas de conflicto actuales en todo el mundo, incluido el Medio Oriente, donde las tensiones siguen siendo altas, especialmente con Irán buscando venganza por acciones pasadas.

Las preocupaciones se extienden a Rusia y su capacidad nuclear en medio de conflictos en curso, destacando un entorno de amenaza persistente y creciente en comparación con las condiciones previas al 11 de septiembre.

La frontera sur de Estados Unidos presenta una oportunidad para infiltraciones potenciales, según Mauro, quien mencionó incidentes recientes con individuos vinculados a organizaciones terroristas cruzando ilegalmente.

Mike Morrell, ex subdirector de la CIA, también resaltó vulnerabilidades a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México, describiendo la amenaza terrorista como «rojo intermitente».

El director del FBI, Christopher Wray, y el general de CENTCOM, Michael Kurilla, subrayaron graves amenazas planteadas por grupos como al-Qaeda e ISIS, con ISIS-K identificado específicamente como capaz de ejecutar ataques con poco aviso.

Wray enfatizó el creciente riesgo de ataques coordinados dentro de Estados Unidos, similares a incidentes recientes en el extranjero, pidiendo medidas de seguridad y financiamiento adicionales para contrarrestar amenazas en evolución.

El fiscal general Merrick Garland también compartió estas preocupaciones, citando un aumento significativo en las amenazas terroristas desde eventos internacionales recientes.

Mauro concluyó destacando a las principales ciudades estadounidenses, como Nueva York y Washington, DC, como blancos principales para posibles ataques, subrayando desafíos continuos de seguridad en un panorama de amenazas globales complejo y en evolución.