
Auge en la Fortificación de Hogares: Neoyorquinos se Preparan Ante el Temor al Crimen
En medio de crecientes preocupaciones por la seguridad y la estabilidad, los residentes de Nueva York están adoptando medidas drásticas para proteger sus hogares. La demanda de salas de pánico y puertas a prueba de balas ha experimentado un aumento sin precedentes, y no se limita a la élite de la ciudad.
Contratistas como Steve Humble, fundador de Creative Home Engineering, y David Vranicar, de Fortified and Ballistic Security, han visto un incremento significativo en los últimos cuatro años, con clientes de todos los sectores sociales buscando reforzar la seguridad de sus hogares ante la percepción de un aumento en la inestabilidad y el crimen.
Los neoyorquinos de áreas menos prósperas también están contribuyendo al crecimiento del negocio de la seguridad domiciliaria, reconociendo la necesidad de protección contra intrusos. Para muchos, la pandemia de COVID-19 ha sido un despertar, evidenciando la rapidez con la que la sociedad puede colapsar y generando preguntas sobre cómo estar preparados para situaciones extremas.
Empresas como Panic Room Builders, dirigida por Bill Rigdon, atienden a clientes con un poder adquisitivo más elevado, ofreciendo salas de pánico completamente equipadas con medidas de seguridad avanzadas. Aunque estos servicios pueden ser costosos, muchos neoyorquinos están dispuestos a invertir en su seguridad y tranquilidad.
La creciente polarización política y la división social en Estados Unidos también han contribuido a la sensación de inseguridad, impulsando a las personas a buscar formas de protegerse y proteger a sus familias. Ante la incertidumbre sobre lo que depara el futuro, la fortificación de hogares se ha convertido en una medida preventiva para muchos residentes de Nueva York.
Fuente: New York Post
Foto: pasajeoculto.com